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El paisaje nos ofrece un tapiz con un sinfín de colores. Al marrón le sacaremos tonalidades que jamás imaginaríamos, sobretodo si nuestra excursión la realizamos en el mes de octubre o primeros de noviembre. La pega es que es una carretera con bastantes zonas sombrías, y podemos encontrarnos hielo en alguna curva si venimos en meses fríos. Otra pega para los meses otoñales, la carretera se llena de castañas, haciendo peligroso sobretodo el descenso, y haciendo que nuestra posibilidades de pinchar sean elevadas. (840 m)
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