Descripción: Para más comentarios, ver vertiente por Argostoli. Varias cosas llaman la atención en esta isla: la enorme profusión de olivos, muchos abandonados y tragados por el bosque, los bosques de cipreses, las iglesias con los campanarios separados de ellas y la gran cantidad de casas en ruinas debido a unos tremendos terremotos que asolaron la isla en 1953, dejando solo en pie las edificaciones del norte en la zona de Fiskardo. El resto de la isla fue destruido en casi su totalidad. Esta ascensión, al ser más larga y no tener el descenso intermedio, es algo menos dura que la que parte de Argostoli con la que comparte los últimos nueve kilómetros. Aún así, es un señor puerto. Comienza también con una dura rampa, pero mucho más corta que la de la otra vertiente. Al llegar a Tzanata debemos ir a la derecha, encontrándonos con cuatro kilómetros muy suaves. Cuando llegamos a un puente y una curva de vaguada, la cosa se pone seria y tenemos otros cuatro al 8% de media con un corto descanso al pasar por Agios Nikolaos. La pendiente en el resto del tramo es bastante constante por cuanto no supera el 10%. Lo malo es que apenas corre aire y en días soleados el calor aprieta de firme. Unos toboganes al paso por Digaleto y una rampa fuerte en un barrio dan paso a un km llano junto a una cantera.. La pendiente va endureciéndose poco a poco en los siguientes seis kilómetros hasta que llegamos al cruce con la vertiente de Argostoli. Para el tramo final, os remitimos a la altimetría de dicha vertiente, ya que es común a ambas. |