Descripción: La localidad de Argelès-Gazost es el auténtico centro neurálgico de los Pirineos centrales, desde donde podemos dar comienzo a la ascensión de varios de los grandes mitos del ciclismo mundial (Aubisque, Soulor, Tourmalet, Luz-Ardiden, Gavarnie, etc). Quizás esta estación de Hautacam sea el menos conocido de todos ellos, aunque muchos recordamos las gestas de Indurain, de Rijs o de Javier Otxoa. Se trata de un puerto de más de 15 km, de dureza mantenida en el que apenas vamos a encontrarnos con rampas terroríficas pero que, salvo al paso por los sucesivos pueblos, va a exigir un esfuerzo constante por nuestra parte con muchos kilómetros en los que la pendiente no baja del 7%. Tras un primer kilómetro que nos sirve de toma de contacto con el coloso, los cuatro siguientes se mantienen entre el 7 y el 8% mientras vamos recorriendo una ruta curvilínea y en sombra hasta la localidad de Artalens. El panorama sobre la Gave de Pau se va haciendo cada vez más amplio y espectacular. Cuando abandonamos el núcleo de St. André nos debemos enfrentar al tramo más exigente de toda la escalada, con tres kilómetros por encima del 9% sin descanso alguno, a la par que trazaremos sucesivas curvas de herradura. Al pasar junto a una ladera rocosa empezamos a descubrir allá en lo alto el final de nuestro suplicio, aunque todavía nos mantenemos en pendientes cercanas al doble dígito. Al poco de atravesar un paso canadiense la pendiente comienza a decrecer paulatinamente hasta la Estación, aunque las herraduras se suceden y el viento puede azotar con fuerza a tanta altitud. A cambio el paisaje de alta montaña, ya sin obstáculos forestales apreciables, se nos muestra en toda su grandeza. Al llegar a la altura de la Estación de Hautacam continuaremos por la carretera que traíamos, desdeñando otra opciones en mal estado, hasta tras una herradura derecha, alcanzar la explanada del bar Le Tramassel, final de nuestra aventura. Una buena cerveza, brindando por el éxito de nuestro empeño, será el mejor de los recuerdos. |