ALPES
COL DU PRÉ-CORMET DE ROSELEND
Beaufort
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Altitud: 1969 m Distancia: 25,38 km Desnivel: 1229 m Pendiente Media: 4,84 % Coeficiente: 340
Col du Pré-Cormet de Roselend



Localización: En Beaufort-sur-Doron tomaremos la D218a hasta el pueblo de Arêches, donde a la izquierda continuaremos en ascenso por la D218d en busca del cruce hacia el Barrage de St. Guérin que quedará a la derecha. Desde ahí hasta el Col du Pré transitaremos por una carretera de montaña. Tras el descenso al Lago de Roselend retomaremos la ascensión hasta empalmar en el col de Méraillet con la D925 que viene también de Beaufort y nos conduce al Cormet de Roselend.
Especificaciones: Poco tráfico hasta el col de Méraillet en esta carretera que se va estrechando según gana altura y deja atrás las pequeñas poblaciones en la subida al col du Pré. Las sombras aparecen a tramos y el suelo se halla en un estado aceptable.
Fuentes: Nosotros hemos visto un par de ellas en la localidad inicial y en Arêches, pero en un recorrido tan largo igual tenemos que recurrir a aprovisionarnos en alguno de los bares que encontraremos.
Descripción: Hay muchas localidades que llevan ese mismo nombre tanto en Francia como en los Estados Unidos. Nosotros deberemos dirigirnos, si queremos coronar ambos puertos, a la que se halla en la ribera del río Doron, en el departamento de Saboya. Ocupado desde la antigüedad por la tribu gala de los ceutrones y después por los romanos, el territorio de Beaufort fue evangelizado en el siglo V antes de experimentar un importante desarrollo en el siglo X con la aparición de los primeros señores en la región. Dedicada principalmente a la agricultura y ganadería de montaña, la ciudad tuvo un auge posterior con el descubrimiento de minas alrededor del siglo XV.
Hoy en día, la ciudad está orientada principalmente hacia el turismo verde y el esquí, y es particularmente conocida por su queso de producción local, el famoso Beaufort. Además de un escenario excepcional, el pueblo también tiene un rico patrimonio arquitectónico e histórico, con tres castillos y la iglesia barroca de St. Maxim.
Pues bien, para conquistar los casi 2000 m del Cormet de Roselend no lo vamos a hacer por la carretera habitual, sino que, siempre en busca de nuevos y duros desafíos, lo haremos por el exigente col du Pré que es donde se halla la auténtica dificultad de esta larga ascensión de más de 25 km.
Hasta el pueblo más importante de toda la ascensión, Arêches, la carretera irá trazando las primeras herraduras, sobre todo en los 2 km iniciales, mientras remontamos el valle de l’Argentine en pendientes cercanas al 7% de media y viendo a nuestro paso pequeñas aldeas, chalets dispersos, graneros y vacas de la raza Tarine de color marrón provistas de ruidosos cencerros. La pendiente se relaja al dejar atrás Le Praz y así nos internaremos en el bullicio de Arêches.
Cuando quedan atrás los últimos edificios de esta localidad el puerto empieza a hacer honor a su nombre de “col del prado” en una subida sin tiendas de souvenirs que vendan marmotas de peluche. Lo único que llamará nuestra atención serán las ollas de aluminio llenas de leche esperando que la recojan para entregarla en la lechería cercana.
Si hasta Arêches han sido una decena las herraduras superadas en relajante pedaleo, ahora el esfuerzo se acentúa en pendientes medias cercanas al 10% y frecuentes rampas de doble dígito que deberemos superar mientras trazamos otras diez “paellas” más hasta la aldea de Boudin (“morcilla”). Y aún nos restarán otras cinco más en los 4 km finales donde deberemos aumentar aún más si cabe nuestro grado de esfuerzo, algo no tan común en los Alpes, aunque los carteles indicadores nos hacen saber en todo momento la distancia que nos separa de la cima y el gradiente del próximo kilómetro, lo que nos será de suma utilidad.
Cuando llevemos poco más de 12 km de ascenso llegaremos al refugio del col du Pré, con su cartel correspondiente, lo que nos obligará a detener el pedaleo y tomar la foto de rigor. Pero la carretera sigue en ascenso aún unos centenares de metros, ya más llevaderos y que nos permiten gozar de unas maravillosas vistas sobre el macizo del Mont Blanc.
La visión en el siguiente descenso del Lago de Roselend es de las que no se olvidan, con esas fascinantes aguas azul turquesa que inundan de luz y color todas las montañas y praderas circundantes. El paseo por la presa a la altura del embalse y la posterior subida al col de Méraillet son el aperitivo para lo que nos aguarda en ese final entre nuevas praderas y un ameno desfiladero que nos conduce al Cormet admirando el agua de las cascadas alpinas en un paisaje idílico. El término “cormet”, señala el extremo de un valle, el paso que comunica con la vertiente opuesta, algo así como un “col”. Y aunque algunos consideran que el “cormet” se diferencia del “col” en la medida que su travesía no supone un cambio de valle, sin embargo el “cormet” que nos ocupa separa el valle de Beaufortain del de la Tarentaise, lo que parece contradecir tal definición. Resumimos: el Cormet de Roselend por el col du Pré no es la más difícil, ni la más dura ni la más larga, pero se encuentra sin duda entre las ascensiones alpinas con más encanto.
Mapa situación:

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