Descripción: Los participantes noveles de la “Larra-Larrau” se llevan una no muy grata sorpresa al toparse con este col de Issarbe, por el nombre de la Estación de esquí aquí ubicada, y que el Tour 2020 prefiere llamar de la Hourcère (en euskera Murkuillako Lepoa). No estamos hoy para tanto trote pero debemos reconocer que empalmar su escalada con la ascensión definitiva hasta la Pierre Saint Martin, con el solo descenso de 4,5 km hasta el col de Souscousse, sitúa el coeficiente de dificultad del recorrido completo en una cifra superior a 400: palabras mayores. La subida la iniciamos en Lanne, localidad que abre el Barétous si venimos del oeste, cuyo nombre significa landas o praderas y es hoy interesante centro turístico, uno de cuyos principales atractivos es precisamente la estación de esquí nórdico de Issarbe. También aquí se practica desde el siglo XIII la caza con redes de la paloma. Aunque es verdad que desde el mismo cruce con la D918 la carretera se va empinando poco a poco, no va a ser hasta algo después del Puente de Pedrou cuando aparezca la primera rampa seria, al 15%. Al pasar por el Puente Blancou encontramos la más dura de todas ellas, al 18%. Paulatinamente la pendiente media va ganando en intensidad, mientras el río suena siempre a nuestra derecha. Los kilómetros que van del segundo al quinto son los más exigentes, al 10,5% de media, mientras vamos dando buena cuenta de las primeras herraduras. Luego serán otros 5 km los que se mantengan entre el 8 y el 9% aunque con alguna rampa de doble dígito, a la par que las vistas panorámicas sobre el Barétous son cada vez más espectaculares. Poco antes de llegar a la Estación la dureza comienza a disminuir de manera ostensible, aunque sigue siendo importante, en esta zona mucho más abierta de praderas. Suaviza por fin la pendiente hasta el col de Issarbe y, tras coronar y disfrutar de unas espléndidas vistas sobre la Pierre y las cumbres cimeras del Pirineo navarro, nos dejamos caer en un no muy pronunciado descenso hasta enlazar con la vertiente de Santa Engracia en el citado col de Souscousse. Y luego hasta el col de Soudet casi 4 km aún más tremendos para enlazar con la vertiente que parte de Arette. Desde ese punto hasta el alto nos quedarán todavía 4 km, menos duros, pero también exigentes, y más aún al dejar a nuestra izquierda la Estación Invernal. Lo normal es que el viento azote con tremenda rudeza en este tramo final de la ascensión, llena de preciosos lazos que la ruta va trazando y que nos permiten ir ampliando la panorámica de nuestra extasiada visión. Unos toboganes finales dan paso a la cima del puerto tras casi 25 km de escalada. Estamos en la carretera más alta de Iparralde y Navarra y rodeados del “extraño” pino negro, típico del paisaje de alta montaña. Bien merece una mirada, justo antes de coronar el mojón 262, junto al cual tiene lugar la tradicional ceremonia de entrega por parte de las autoridades del valle zuberotarra de Barétous del popular Tributo de las Tres Vacas a sus vecinos roncaleses. |