Descripción: El Val d'Azun consta de once pueblos, tres valles enlazados, cuatro cols, picos montañosos, gaves (ríos), kilómetros de carretera y pistas esquiables, senderos por descubrir y…una escuela de Parapente, la CERPP, la más antigua del mundo. Seguro que en alguna ocasión, en pleno esfuerzo a una altitud que nos permita unas vistas panorámicas sobre el entorno, habremos tenido la tentación de abandonar nuestra montura metálica y convertirnos, aunque sea por unos minutos, en un ave que pudiera alzar su vuelo majestuoso sobre ese paisaje que nos tiene cautivados. En la Estación de Couraduque podremos ver cumplido ese sueño a nada que lleguemos con la energía suficiente para cambiar de deporte, en una especie de "duatlón aéreo", y lanzarnos al vacío en alguno de los numerosos parapentes que desde ese lugar acostumbran a hacerlo cada día…con buen tiempo. Para alcanzar esa cima tentadora, partiremos de Aucun, la capital del cantón, tras haber rendido visita, si nos gusta el arte, a su iglesia construida entre los siglos XI y XV con portada románica de bella fábrica. Este bonito lugar alberga en el invierno poco más de 200 habitantes que ven cómo el turismo va alterando la tranquilidad que durante siglos ha sido su ambiente natural. Nos enfrentaremos a una dura ascensión, que no llega siquiera a los 7 km, pero de una dureza considerable; mucho mayor, claro está, si hemos partido de Argelès, compartiendo durante 10 km la subida al Col de Soulor, la ruta principal del valle. Y para que nadie se llame a engaño, desde el mismo inicio el col se nos muestra en toda su crudeza con rampas de hasta el 12% y dos kilómetros al 9% de pendiente media. Con echar un vistazo a la altigrafía que acompaña a estas líneas, ya vemos que el tramo siguiente nos obliga a mantener nuestro esfuerzo en nuevas rampas, aunque la dificultad media de cada kilómetro sea algo menor. Conviene ser precavidos y recordar que la zona final vuelve a oponernos una pendiente del 9% que irá cediendo paulatinamente poco antes de coronar. Las vistas de las que hemos podido gozar a lo largo de toda la escalada habrán abierto el apetito a los más osados que quizás se planteen un descenso en vuelo libre admirando desde el cielo el maravilloso Val d'Azun. Si no nos atrevemos a tanto, por lo menos deberemos aprovechar para contemplar desde esos 1367 m el Balaïtous, el Pico del Midi d'Arrens, el Cabaliros y el macizo del Hautacam. ¡Grandiosos Pirineos! Y si no os importa mucho el buen estado de vuestra bicicleta, o si habéis llegado hasta aquí en BTT, os recomendamos encarecidamente que descendáis por la pista de tierra de la vertiente opuesta en busca de un nuevo y solitario col que parece alejado de las rutas cicloturistas habituales y sin embargo encierra un enorme interés: el Col de Spandelles. Si algún día se asfaltara ese corto tramo de poco más de dos kilómetros, hoy impracticables en nuestras flacas, las oportunidades de nuevos diseños de fantásticas excursiones, se multiplicarían para deleite de todo "loco de las cumbres". Sigamos soñando… |