Descripción: Puerto de gran dificultad pero de un enorme atractivo para los amantes de las rutas solitarias y mágicas de alta montaña. En plena Benafarroa (Baja Navarra) encontramos esta ascensión hacia la cima del Urkulu desde las mismas fuentes del Nive (Errobi), el río que se unirá al Adour (Aturri) poco antes de su desembocadura en Baiona. Los primeros kilómetros desde el puente de Esterenzubi, bella localidad pirenaica, van a ser una sucesión de tramos llanos y alguna rampa de cierta consideración, por un trazado rectilíneo que mantiene el Nive a nuestra derecha. Al dejar a la izquierda la carretera que asciende al también espectacular puerto de Artaburu, empiezan las primeras pendientes mantenidas por encima del 4% en las que siguen apareciendo de vez en cuando rampas de entidad. Cuando llegamos a la pista que se dirige a las fuentes del río que estamos remontando y atravesamos un bello puente dejando un Hotel a la izquierda, en un lugar de gran encanto y plasticidad, deberemos empeñarnos ya seriamente en la empresa que se inicia, ahora de verdad, en ese paraje. Los 8 km siguientes son de una gran dureza y en su primera parte las rampas exigentes alternan con breves descansos que nos impiden coger nuestro auténtico ritmo de pedaleo. Aquí encontraremos tramos al 14% que van a exigir por nuestra parte todas las energías que seamos capaces de utilizar para continuar, aunque penosamente, avanzando. El bello y enorme bosque de hayas no nos abandona en ningún momento y así por lo menos tenemos garantizada la ausencia de calores tórridos en cualquier época del año. Coronaremos un primer collado justo después de dejar a nuestra izquierda la pista que se dirige al Col de Organbide, y tras haber contemplado el emplazamiento de alguna palomera para la caza de esos animales que atraviesan por este punto la cadena montañosa. Iniciamos a continuación un regenerador descenso de prácticamente mil metros, nada más pasar junto a un refugio de montaña y poco después, en plena bajada, lamentaremos la suerte de un hermoso ejemplar de haya que ha sido derribado, probablemente por el viento. Los dos kilómetros que siguen y que atraviesan una zona de lapiaz van a acabar de rematar nuestras ya escasas fuerzas, pues se mantienen constantemente cercanos al 10% con la única referencia de la llamada Cabaña de Nabahandi para hacernos saber que continuamos en la buena dirección y que nuestros sufrimientos están a punto de finalizar. Cuando queda a nuestra izquierda la entrada hacia las casas de Urkulu, que bien merecen una visita (si somos capaces de superar a estas alturas un kilómetro al 11%) y desde donde con una BTT podríamos acceder a la fortaleza romana en lo alto del monte del mismo nombre, ya podemos experimentar en nuestras piernas que el esfuerzo ha decaído y que de manera mucho más llevadera sólo nos va a faltar kilómetro y medio de paseo para decir que hemos coronado una de las ascensiones más bonitas y espectaculares de los Pirineos navarros. Desde ese punto podremos continuar admirando sobre nuestras cabezas la fortaleza de Urkulu según vamos trazando relajadamente una amplísima vaguada en el marco incomparable de un entorno paradisíaco. |