Localización: A la salida de un puente sobre el Tormes, que separa las provincias de Zamora y Salamanca, transitaremos por la ZA-316 en dirección a Fermoselle. Ya en el pueblo seguiremos las indicaciones a la Casa del Parque, hasta coronar poco antes de la Plaza de la Diputación. |
Especificaciones: Asfalto algo rugoso en una carretera con señalización horizontal y sin circulación ni sombras. |
Fuentes: En el Km 3,6 de la ascensión un letrero a mano derecha indica la fuente de San Lorenzo, aunque en periodo estival puede estar sin agua. Donde sí hallaremos una es en la plaza del pueblo. |
Descripción: Fermoselle es la capital de los Arribes del Duero. Ubicada en pleno corazón de ese Parque Natural, ha sido musa de autores y poetas como Miguel de Unamuno y cuna de personajes como Juan de La Encina, pionero del teatro hispano. Calles, angostas y sinuosas en extremo trepan con dificultad sobre el cerro rocoso en un entorno marcado por las impresionantes vistas del Duero que, encajonado, dibuja La Raya fronteriza entre Portugal y España antes de perderse en tierras lusas buscando el océano. Mientras, al sur, el río Tormes marca el límite provincial entre Zamora y Salamanca, encerrando entre ambos ríos a Fermoselle y confluyendo en el punto conocido como “Las Dos Aguas”. La historia de la villa se remonta a la Edad del Bronce. Desde que surgen los primeros asentamientos, han pasado diferentes pueblos y culturas que han dejado aquí su huella, siendo hogar de una reina destronada, testigo de las luchas de poder entre el clero y la Corona o último baluarte de los Comuneros, entre otras vicisitudes. En esa última etapa hay textos que hablan de la existencia de minas de hierro y oro en las cercanías del municipio. Fermoselle fue declarado conjunto Histórico-Artístico en 1974. En el casco urbano, aún se conservan algunos de los cruceros que formaban parte de un Vía Crucis que comenzaba con el de la Cárcel y finalizaba en el del Camposanto. Como zonas típicas y curiosas se encuentra la muy angosta “Calle del Guapo”, que adentra al visitante desde el centro del pueblo al Tarejón, lugar constituido por varios peñascos, desde donde se divisa todo el pueblo, sus campos y Portugal. Por eso a Fermoselle se la conoce también como “el Balcón del Duero”. Entre sus edificios notables destacaremos la parroquial de Nª Sª de la Asunción, iniciada en el siglo XII, la iglesia románica de Santa Colomba y varias ermitas muy interesantes. Es tal la importancia que ha tenido la cultura de la vid en esta población que se halla totalmente horadada por un patrimonio subterráneo que le ha valido el sobrenombre de “el Pueblo de las 1000 Bodegas”, algunas de las cuales datan del siglo X. Durante cientos de años, los fermosellanos han dado forma a todo un entramado de galerías con el fin de crear un lugar idóneo para conservar el vino, ejemplo de una cultura milenaria que aún no ha muerto. Pues bien, para llegar a esta seductora villa podemos hacerlo desde el Puente de San Lorenzo, con cinco arcos que permiten el paso del río Tormes entre las provincias de Zamora y Salamanca. En su centro encontramos una inscripción donde se marca el límite provincial y otra que sitúa su construcción en 1871. De este punto parte un puerto de apenas 6 km con dos partes bien diferenciadas: una primera al 6% hasta la Fuente de San Lorenzo (Km 3,6) y otra mucho más llevadera hasta Fermoselle, donde encontraremos las rampas más exigentes de la ascensión. El inicio, en el que trazaremos varias herraduras, es la parte más espectacular con bonitas perspectivas sobre el Tormes. En la segunda mitad, el roble y el monte bajo van dejando paso a los cultivos, abundando los frutales y sobre todo las vides, hasta llegar al pueblo en el que proseguiremos nuestro ascenso entre sus retorcidas calles hasta alcanzar el punto más alto junto a la Plaza de la Diputación. Es este un recorrido habitual en las competiciones de la zona, ya sea en la Vuelta a Castilla y León, como en pruebas de categorías inferiores que suelen catalogarlo de 3ª categoría.
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