Localización: En la avenida de la Generalitat junto a la parte norte del parque de Tortosa, encontramos la Ronda de Reus punto de inicio de la ascensión. Al de unos metros seguimos por el Carrer Genovesos y ya no hay pérdida alguna. |
Especificaciones: Los dos kilómetros iniciales discurren por zona urbana con carretera perfecta. En el tercero la carretera se estrecha y desaparece la señalización. Y en los dos finales, carretera aún más estrecha, sin márgenes laterales y un suelo, que aunque no presenta baches, es muy irregular con ondulaciones en corto. Ningún problema para ascender, pero hay que tomar precauciones en el descenso ya que es sumamente botoso. Bastantes sombras, menos a partir del mediodía, y tráfico solo en la parte urbana. |
Fuentes: No existen. |
Descripción: En esta engañosa ascensión nos vamos a encontrar con dos partes bien diferenciadas: una primera mitad urbana, con pendientes moderadas y una parte final absolutamente irregular con fuertes rampas y tramos de descanso, hasta llegar al último kilómetro con casi un 11% de pendiente media y un máximo que roza el 20% en los últimos metros. Como curiosidad, comentar que seguimos la llamada “carretera de la Simpática”, aunque en la parte final no nos lo va a parecer tanto. En el primer kilómetro, absolutamente urbano, la pendiente va aumentando hasta alcanzar un 10% poco antes de una rotonda. A partir de ahí, algo más de un kilómetro muy suave a través de una urbanización de casas individuales con mucha zona verde y sombras. Tras dejar atrás el club de tenis, nos metemos en la parte seria de la ascensión. Lo primero que encontramos es una dura rampa de 400 m que alcanza un 17% en su parte final. Le sigue un respiro al paso junto a la ermita de la Mare de Deu de la Providencia o ermita de Mig Camí como indican las señales. Aunque el edificio actual es del siglo XVII con posteriores modificaciones, parece ser que existió una iglesia antes de la invasión árabe. Fue destruida y reconstruida tras la Reconquista para ser de nuevo arruinada en la Guerra de los Segadores a mediados del XVII. Lugar este de densa historia pues por este punto pasaba la Vía Heraclia griega y con posterioridad la Vía Augusta romana. Tras este descanso, una corta rampa, pero que llega al 18%, nos deja en un rellano (incluso con un leve descenso) que viene de maravilla para recuperar pulsaciones antes de enfrentarnos al duro kilómetro final que comienza junto a una casa grande en ruinas. La parte más dura, justo al final, antes de arribar a la explanada donde se ubica la ermita del Coll de l’Alba. Esta ermita data del siglo XV y ha recibido diferentes nombres a lo largo de su historia. Y ya solo nos queda disfrutar de las amplias vistas, si la calima lo permite, hacia el Baix Ebre y el Delta. |
Mapa situación: |
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