Aritxulegi: Altitud: 440 m Distancia: 6,53 km Desnivel: 391 m PM: 5,98% Coef: 86 Agiña: Altitud: 550 m Distancia: 4,83 km Desnivel: 303 m PM: 6,27% Coef: 58
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Localización: La GI-3420 une las localidades de Oiartzun y Lesaka, esta ya navarra, por lo que la carretera ha pasado a denominarse NA-4000. |
Especificaciones: Carretera en buen estado y abundante sombra. El tráfico es inapreciable, salvo festivos. |
Fuentes: Ninguna. Si nos vemos apurados siempre podremos recurrir a los restaurantes y asadores que encontraremos en el recorrido. |
Descripción: Nos encontramos en la zona de Peñas de Aia, una de las más bellas de la comarca y paraíso de montañeros y cicloturistas, que podemos disfrutar de esta ruta tranquila y con encanto que desde el valle del río Oiartzun nos hace remontar el curso del arroyo Arditurri para llegar al Bidasoa a su paso por las Cinco Villas. Para ello deberemos enfrentarnos a una doble ascensión hasta coronar en tierra navarras. El primero de ambos ascensos, el de Aritxulegi, es un puerto que engaña: corto pero matón, muy irregular y de una belleza singular. Tras seguir la indicación de Lesaka en el propio pueblo de Oiartzun, habremos comenzado nuestra andadura hacia dicho collado. Los primeros kilómetros, paralelos al río Oiartzun, son en falso llano, siempre con una ligera tendencia ascendente, mientras dejamos a ambos lados de la carretera prados, huertas, el polígono de Pagoaldea (“zona de hayas” es su engañoso nombre) y caseríos, algunos reconvertidos en asadores muy frecuentados los fines de semana. A la izquierda dejaremos la desviación hacia las antiguas minas de Arditurri, incrustadas en las mismas entrañas de las Peñas de Aia. La parte más dura de la ascensión comienza 2 km después del paso por Ergoien, al leer en un cartel que estamos entrando en el Parque Natural, y se prolongará por espacio de casi 5 km. Los primeros 800 m son los más exigentes de toda la subida. No lo parece, pero la pendiente inmediatamente se sitúa en porcentajes que rondan el 10% con alguna punta ocasional del 12-14%. Hasta que no lleguemos a una curva que tomaremos a mano izquierda a la altura de un caserío, no encontraremos respiro. El siguiente kilómetro es más llevadero, introduciéndonos en una zona más boscosa y cerrada. Al final del mismo hay una durísima recta que se prolonga por espacio de 200 m y cuya pendiente supera los dos dígitos. Tras la tempestad, de nuevo llega la calma y podemos volver a coger un poco de aire. En el transcurso del siguiente kilómetro abandonaremos el bosque y saldremos a una zona mucho más panorámica que se mantendrá hasta que coronemos el collado. La pendiente se mueve ahora en torno al 6-7% y es cuando de verdad más vamos a disfrutar del puerto. El último kilómetro continúa en la misma tónica, si bien, al final las rampas vuelven a exigirnos el último esfuerzo antes de llegar al túnel que marca el final de este primer collado y el límite entre las provincias de Guipúzcoa y Navarra. Si pasamos el túnel para seguir camino a Lesaka, no tendremos otra que superar Agiña, el otro “coco” de esta zona, y también catalogado de 2ª categoría. Entre ambos, el embalse de Endara, bajo el risco de San Antón, que recoge las aguas del arroyo homónimo antes de endosarlas a las del río Bidasoa, regalándonos un bello espectáculo natural. Para llegar hasta él habremos gozado en un descenso de 3,5 km antes de atravesar la presa disfrutando del paisaje. Desde ese punto van a ser otros 5 km al 6-7% de media por una carretera más estrecha e incluso más solitaria, sin ninguna rampa de doble dígito. En el punto más alto del puerto, si tomamos una pista hormigonada a la derecha, se encuentra la Estación megalítica de Agiña, lugar mágico donde se funden Prehistoria y Naturaleza. Se trata de un entorno singular con varios restos arqueológicos de la Edad de Hierro. Aquí podemos encontrar huellas de una muralla que parece ser de la Edad de Hierro, entre los años 600 y 200 a.c, la única de estas características encontradas en el norte de Navarra. También podremos acceder al monumento dedicado a Aita Donostia, cuya estela, creada por el genial artista Jorge Oteiza en mármol negro de Markina, lleva inscrita la frase Txori kantazale ederra, nun ote aiz kantatzen? (Hermoso pájaro cantarín, ¿dónde estarás cantando?). Al lado, la humilde capilla diseñada por el arquitecto Luis Vallet de Montano, con su bonita vidriera y unos bancos líticos, con las Peñas de Aia como telón de fondo. En esa zona se aventaron las cenizas de Mikel Laboa, icónico cantautor vasco.
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Mapa situación: |
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