Descripción: Mira que nos hemos metido por carreterillas que acaban en pueblos, barrios o caseríos casi perdidos y siempre encuentras algo de lo que disfrutar. Pero esta ascensión a Sagüera de Luna, nos sorprendió especialmente porque no esperábamos esa combinación de paisaje, carretera perfecta, paz y sensaciones de soledad y libertad absolutas. El pueblo es casi lo de menos, ya que no tiene nada de particular pues desgraciadamente un incendio en 1911 lo destruyó por completo y luego la guerra civil también causó bastantes destrozos, así que las casas son relativamente nuevas. Hoy en día Sagüera apenas tiene cuatro vecinos censados y en invierno no creemos que viva nadie allí. De hecho, en nuestro paso por el pueblo, no vimos ni un ser viviente. Solo oímos los ladridos de un perro en el interior de un establo de una de las casas. Un dicho popular señala que, “Sagüera nació cuando Dios estaba sembrando los pueblos en la Tierra y en un descuido éste se le cayó del cesto”. Vamos, un paseo absolutamente recomendable y sería imperdonable no visitarlo si pasamos por las inmediaciones. Bueno, lo de paseo es un decir. Porque un coeficiente de dificultad de 63 en tan solo cuatro km, da idea de que tiene más dureza de la que a primera vista se puede apreciar en los mapas. Además, es un perfil bastante irregular, con continuos cambios en la pendiente, como suele ser habitual en carreteras que siguen el trazado de antiguos caminos. Nada más salir de Mora ya encontramos la primera rampa por encima del 10%. Tras ella se dulcifica la pendiente y ya hasta el final iremos siguiendo el cauce del arroyo con una pendiente que, con altibajos, va aumentando paulatinamente hasta encontrarnos con la rampa más dura justo antes de entrar en el pueblo. Será casi un km al 10% de pendiente media. Una vez en el pueblo, solo tenemos que seguir el firme hormigonado que nos lleva hasta el cementerio, desde donde disfrutamos de unas magníficas vistas. |