Localización: Solo hay que seguir la GR 3408 que va de Pinos Puente a Moclín. El inicio lo situamos en un puente poco antes del cruce hacia Olivares y Colomera. |
Especificaciones: Carretera en perfecto estado, un poco más estrecha a partir de Tiena donde desaparece la línea central de separación de carriles. Escasas sombras y tráfico inapreciable. |
Fuentes: Hay una en Tiena, justo en el cruce a la izquierda. |
Descripción: Moclín, el "escudo de Granada", tal como la llamaban los soldados de Boabdil, último rey nazarí de Granada, perteneció durante varias décadas a la región fronteriza que se extendía entre el reino musulmán de Granada y las tierras cristianas de Jaén; con el propósito de vigilar el camino que desde Alcalá la Real conduce a Granada y su vega se erigió el castillo sobre un escarpe desde donde continúan apreciándose hermosas vistas de esta fértil vega. Su nombre procede del árabe Hisn Moclín, que significa Castillo del Distrito, convertido en una plaza de vital importancia hasta la toma de Granada por los Reyes Católicos. Tras la rebelión y expulsión de la población morisca se procedió a la repoblación del lugar con personas procedentes del Norte peninsular, que continuaron centradas en el cultivo cerealista mientras que las sierras que rodean esta población se aprovecharon para pastoreo de ganado y bosque. También conviene reseñar la fama de su aceite de oliva, como el de toda la comarca. Destacaremos cuatro monumentos que enorgullecen a todos sus vecinos y que constituyen su principal atractivo turístico. 1. Su célebre y espectacular castillo es una de las mejores piezas defensivas de la época Nazarí, y el único que conserva el cinturón de murallas al completo. Consta de un recinto militar en la parte más alta -el que peor conservado está- y de cinturón amurallado en la parte más baja. Presenta hoy un aspecto lamentable debido al bombardeo sufrido durante la Guerra Civil. Hasta entonces este castillo era uno de los mejor conservados de Andalucía. 2. Uno de los legados árabes son las atalayas situadas estratégicamente y que controlaban los movimientos de las tropas cristianas. Hoy quedan magníficos ejemplos como La Solana (cerca de Moclín), la de Mingoandrés o la de Tózar, muy bien conservada. Son excelentes miradores. 3. El Santuario del Cristo del Paño, antigua parroquia de la Encarnación, fue fundada por los Reyes Católicos sobre la anterior mezquita musulmana, y lleva ese nombre por albergar en su interior un lienzo de gran formato -casi nueve metros cuadrados- conocido con este titulo y por acoger todos los años una importante romería en la que se llegó a inspirar Federico García Lorca para alguno de los pasajes de Yerma. El tema icnográfico es el de Cristo con la cruz a cuestas en el momento en que hace ademán de caer en plena calle de la amargura para lo que se apoya en el arranque de un árbol cortado. Lo más impactante es la mirada que el Cristo dirige al espectador buscando una cierta complicidad con el mismo. 4. Las pinturas rupestres que pueden contemplarse en un total de doce cuevas entre las que destacan la Cueva de Malalmuerzo, considerada el Santuario andaluz del Paleolítico y las escenas de caza del abrigo natural de Corcuela. También se halla ubicado en su término municipal un conjunto dolménico de indudable atractivo.
Precisamente esa referencia a la caída de Jesús y la mirada en busca de apoyo en los espectadores nos hace recordar las sensaciones que experimentamos al llegar, con la lengua fuera, a las puertas de este bello pueblo. Sólo habían sido algo menos de siete kilómetros de ascensión pero lo que nos hizo desfallecer fue consecuencia de un error imperdonable y de auténticos novatos: intentar seguir la rueda de nuestro amigos granadinos -Juan, Fernando y Miguel Ángel Martínez, ex de la ONCE- que dirimen aquí sus particulares batallas no por conquistar el castillo aludido sino por humillar a sus rivales y sin embargo amigos –dicen-. Hasta llegar a Tiena nos fuimos animando a coger un ritmo que luego se demostró superior a nuestras posibilidades por cuanto la pendiente media se mantenía entre el 5 y el 6%. Pero a la salida de esa localidad y tras una primera curva fuerte ya la cosa se puso seria y el 7% se mantenía constante en nuestra ruta. La que ellos llaman curva de la Escombrera dio comienzo a las hostilidades y…¡sálvese quien pueda! Nosotros no lo conseguimos, no, sino que en poco más de 500 m ya habíamos perdido rueda y nos dedicamos, ahora sí, a gozar del paisaje que nos envolvía y que, imaginamos, nuestros compañeros apenas si habrán podido disfrutar en alguna ocasión. Justo antes de coronar un primer collado dirigimos nuestras bicis hacia un espléndido mirador a la izquierda de la carretera desde donde se puede contemplar la más bella estampa de Moclín y su castillo que domina todo el entorno. Cuando, por fin, llegamos al núcleo urbano –un kilómetro después, que traza todo él una enorme curva de vaguada a la derecha- todavía no nos habíamos repuesto del esfuerzo y, claro, ¡qué más querían nuestros desde entonces “ex-amigos” para lucir la más amplia y socarrona de sus sonrisas! Si es que nos está bien…por olvidarnos de que lo nuestro es el cicloturismo. Así se aprende. |
Mapa situación:
La mayoría de los mapas están obtenidos del MAPA DE CARRETERAS editado por el Ministerio de Fomento o de Google Maps
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