Datos obtenidos y facilitados por Cristóbal Bernal Caparrós |
Localización: En las afueras de San Pedro de Alcántara tomaremos la carretera autonómica A - 376 que nos conduce a Ronda y Algodonales. El comienzo de la ascensión lo hemos ubicado en una rotonda con gasolinera situada en los límites del casco urbano. |
Especificaciones: Carretera ancha y con un asfalto en excelente estado. Posee tanto señalización vertical como horizontal, aunque no tiene línea blanca central. Al ser la vía más rápida de comunicación entre las poblaciones de la comarca de la Serranía de Ronda y franja turística litoral el tráfico de vehículos es muy abundante, llegando a ser agobiante e incluso peligroso para el frágil ciclista. En cuanto a la vegetación, en un principio vamos a poder disfrutar del bosque mediterráneo de encinas y matorrales, aunque bastante degradado por la acción depredadora de las urbanizaciones de lujo. Más adelante es sustituido por el pinar de repoblación que nos acompañará hasta el final del puerto. De todas formas, las sombras van a escasear durante la práctica totalidad de la ascensión. |
Fuentes: Hay dos, con agua en abundancia, situadas en los kilómetros 11,5 y 17,3. |
Descripción: Podemos considerar al puerto del Madroño como el principal pórtico de entrada a esa comarca de leyenda que es la Serranía de Ronda donde se combinan un clima duro y áspero con la belleza de sus paisajes y la amabilidad de su gente. Pero antes de alcanzar nuestro objetivo tendremos que sufrir nuestro particular calvario puesto que a pesar de no tener un trazado excesivamente duro, posee la suficiente longitud para agotar todas nuestras reservas energéticas. Tras un primer kilómetro bastante suave en el que disfrutaremos incluso de un pequeño descenso, la pendiente comienza a aumentar progresivamente. Paralelamente nuestro ritmo cardíaco se acelera, aunque no se debe tanto a la dureza del esfuerzo cuanto a la presencia agresiva de las cuatro ruedas que no ven con buenos ojos compartir el asfalto con unos vehículos que transitan tan lentos por un territorio en el que las lujosas urbanizaciones se lo han repartido a sus anchas. Una vez alcanzado el puerto del Alijar, cambiamos de vertiente y, tras un pequeño descanso, seguimos la ascensión por la sierra Palmitera, dejando atrás la única rampa al diez por ciento que nos encontraremos en el recorrido. Ya han quedado atrás las zonas urbanizadas y ahora se presenta la montaña en todo su esplendor. Aunque la pendiente se mantiene muy constante, con ligeras oscilaciones, el paso de los kilómetros van haciendo mella en nuestras piernas que se resienten del largo esfuerzo. Menos mal que el pavimento presenta un excelente estado y podemos rodar fácilmente. Hay zonas en las que podemos observar restos del antiguo trazado de la carretera, lo que nos remonta a un pasado reciente en el que hacer este trayecto debió constituir toda una aventura. Una vez que hemos satisfecho nuestra sed en la segunda fuente que encontramos en el camino la pendiente va a aumentar ligeramente haciendo el recorrido un poco más penoso, aunque podemos relajarnos un poco disfrutando de la belleza del paisaje. El puerto ya se intuye próximo y coronarlo no nos va a plantear excesivas dificultades. |
Mapa situación:
La mayoría de los mapas están obtenidos del MAPA DE CARRETERAS editado por el Ministerio de Fomento o de Google Maps
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