Localización: Carretera local, CV-56, desde Jaraiz de la Vera por el pueblo de Garganta la Olla hacia Piornal. |
Especificaciones: Asfalto rugoso en una ruta de poco más de 3 m. de anchura, sin señalización horizontal. Totalmente recubierta de sombra de los quejigos y sin apenas tráfico. |
Fuentes: Dos en Garganta la Olla, otra más en la cuneta en el Km 7 y la última en el 9,5, en una herradura izquierda adentrándonos un poco a pie a nuestra derecha. |
Descripción: No es muy frecuente encontrar un puerto de tantos kilómetros de ascensión -más de 17- que discurra todo él bajo un continuo manto protector de sombras, en este caso de los innumerables quejigos que pueblan todo el recorrido. Este que nos ocupa pone en conexión las dos bellas comarcas de La Vera, la tierra del pimentón y del tabaco, y el Valle del Jerte, el paraíso de las cerezas, al norte de la provincia de Cáceres y es uno de los más agradables paseos de montaña que podemos encontrar en la geografía española. Casi ninguna dificultad especial en forma de rampas, suelo en condiciones aceptables y, sobre todo, el canto de los pájaros y el susurro de las hojas de los árboles acompañando el leve chirriar de nuestro pedaleo. El punto de inicio de nuestra altimetría lo encontramos en un puentecillo, el Puente de la Cereceda, a mitad de camino entre Jaraiz de la Vera y la apartada población de Garganta la Olla. Al afrontar la larga recta de acceso a este último núcleo la pendiente se sitúa ya algo por encima del 5% y así se va a mantener, prácticamente sin interrupción, hasta que coronemos el puerto en plena Sierra de Tormantos. Antes podemos recorrer en bici las callejuelas de este típico pueblo verata en busca de la Fuente del Chorrillo y, ya de paso, fisgar un poco en la fachada azul de la Casa de las Muñecas, llamada así porque sirvió de prostíbulo para los soldados que acompañaban al Emperador Carlos V, durante su estancia en el Monasterio de Yuste. Hoy ha desaparecido el mirador sobre el arco de la puerta, por el que los caballeros montados a caballo observaban la exposición femenina en la balaustrada interior. Pero no conviene distraer nuestra atención del verdadero objeto de nuestra ruta. Más adelante, continuas curvas de herradura van permitiéndonos diversos cambios de perspectiva sobre el valle a nuestros pies y nos adentran en lo más profundo del quejigal que puebla todas las laderas de la sierra mencionada. Las únicas rampas que merecen tal nombre nos van a salir al paso en el kilómetro final de la ascensión, poco antes de llegar a una zona abierta, sin sombras y con diversas pistas de tierra-una de ellas, a la derecha, hacia el verdadero puerto de Piornal- que da paso al descenso hacia el pueblo que le da nombre, si bien el lugar por donde transitamos es conocido también como Puerto de Garganta la Olla y, si buscamos en los mapas del CNIG, esta zona concreta en la que coronamos es denominada Collado de las Vacas. Pero no es cuestión de nombres, que no aparecen en ningún cartel indicativo del alto, sino de disfrutar de una subida que se nos brinda con todos sus atractivos para una agradable marcha en animada charla con los colegas mientras gozamos de las vistas, primero, y del frescor de los quejigos en la mayor parte del recorrido total. Lo que parece seguro es que fueron pastores los que, con la construcción de sus majadas y chozas, pusieron la primera semilla del poblado que, por la abundancia del sotobosque de piornos se llamó Piornal y que debe estar bien alejado del mundanal ruido por cuanto si alguien preguntaba en tiempos pretéritos si había mesón en el pueblo, los vecinos respondían que "No es necesario por no haber caminantes en el lugar". Este alejamiento preservó ciertos rasgos étnicos, lingüísticos y culturales que han hecho que Piornal se muestre un tanto diferente de las demás poblaciones del Valle del Jerte. |
Mapa situación: |
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