Localización: Es la N-625 que partiendo desde el núcleo histórico del Principado de Asturias, en Cangas de Onís se dirige hacia Riaño en el vecino Reino de León. Poco después de coronar el primero de los dos puertos deberemos tomar a la izquierda en dirección a Posada de Valdeón. |
Especificaciones: Carretera en perfecto estado, con señalización horizontal. Las sombras y la humedad del río Sella refrescan el ambiente. El tráfico es muy escaso. |
Fuentes: Conviene surtirse en los diversos núcleos habitados del recorrido. La llamada del Infierno está en una vaguada izquierda, en su trazado antiguo. Hay una a la derecha situada poco más de un kilómetro antes de coronar Panderrueda. Y otra en la campa del alto, pero puede ser tarde. |
Descripción: Vamos a iniciar nuestro atractivo itinerario desde la misma Cangas de Onís y recorreremos unos parajes de impresionante belleza a lo largo del río Sella que se constituye en un bullicioso compañero de ruta. Las escasas pendientes del puerto nos permiten una marcha agradable, que va a poder entretenerse en la admiración de unos paisajes que dejarán honda huella en nuestra memoria. Cuando llevamos ya más de 20 kms de suave ascenso llegaremos al conocido como Puente Vidosa donde a nuestra derecha podemos iniciar la tremenda subida al Collado de los Bedules, pero esa será otra historia. En ese punto tiene su comienzo el espectacular Desfiladero de los Beyos, y una gran cascada atrae nuestra atención al otro lado del río que en este momento, pasado el puente, se sitúa a mano izquierda; y es además, donde damos comienzo a nuestra altimetría. En el puente Angoyo abandonamos tierras astures para introducirnos en la vecina provincia leonesa, estrechándose aún más si cabe el desfiladero mientras el río va perdiéndose poco a poco en el fondo del barranco. No nos queda más remedio que, para seguir avanzando, atravesar varios túneles de no demasiada longitud y poca luminosidad. El desfiladero concluye pasada la Venta Cobarcil, donde las rampas empiezan, por fin, a hacerse notar: llevamos en este momento casi 30 km desde nuestro punto de partida. Al llegar a Ribota el valle se ha ido abriendo paulatinamente y, con pendientes medias que se sitúan entre el 5 y el 7%, alcanzaremos enseguida la población más interesante de toda nuestra ruta: Oseja de Sajambre. Es, sin duda, un buen lugar para reponer fuerzas y charlar con los vecinos, que siempre están dispuestos. Y es que aún nos quedan 11 km hasta el puerto del Pontón, que aunque verdad es que no encierran ninguna dificultad en forma de rampas exageradas, sí que se van a hacer notar en nuestras piernas después de tanto tiempo de pedaleo continuo. A la salida de Oseja entramos en una zona de barranco pétreo a nuestra derecha que atravesamos por el túnel de Verrunde, corto y sin iluminar, mientras la Pica Ten nos vigila desde sus 1322 m de altitud. Muchas hayas y algún roble nos brindarán todo el frescor que el Sella, ahora ausente, nos ha facilitado en el primer tramo de la ascensión, a la vez que las pendientes se suavizan para hacer más llevadero nuestro esfuerzo en alguna zona de pradera y pastizales para el ganado. Alcanzamos más adelante la curva de la Petenera, donde la carretera traza un giro de 180º y, tras cruzar un renovado puente, nos brinda la ocasión de calmar la sed en la Fuente del Infierno. Un kilómetro y medio después alcanzamos el collado a casi 1300 m de altitud y emprenderemos un breve y rápido descenso hacia la otra vertiente. Cuando divisamos el caserío y ermita del Pontón abandonaremos la ruta que traemos para dirigirnos a mano izquierda hacia Posada de Valdeón. Remontamos ahora el río Tuerto por un tramo de cierta dureza que va a recordarnos que el puerto aún no ha finalizado, mientras agradables praderas ponen el contrapunto bucólico a nuestro denodado esfuerzo por alcanzar finalmente el fin de nuestro empeño. Pasamos el llamado Collado Llaveris y nos internamos por fin en un nuevo bosque de hayas que da el paso definitivo al puerto de Panderrueda, donde el panorama se amplia hacia las alturas de las montañas que rodean el lugar, desde el que puede accederse al Mirador de Piedrashitas.
Reposemos merecidamente con la satisfacción de haber coronado una subida tan enormemente larga y, si aún nos quedan ganas, no deberemos olvidarnos de descender dos kilómetros por la vertiente opuesta para admirar el Valle de Valdeón desde el magnífico mirador que lleva su mismo nombre.
NOTA: Denominado indistintamente como Paderrueda o Panderruedas, nosotros hemos optado por el topónimo que aparece en el cartel del puerto. |
Mapa situación: |
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