Localización: Circulando por la carretera MA-8305, luego MA-8301, que comunica a las localidades de Algatocín y Jubrique, alcanzaremos un puente que vadea el río Genal. Ahí situaremos el comienzo de la ascensión. Al llegar al puerto de Peñas Blancas deberemos tomar la pista que se dirige a Los Reales. |
Especificaciones: Al ser un recorrido tan largo, las condiciones del trazado van a variar según el tramo de carretera por el que circulemos. Así, hasta Jubrique la carretera es bastante estrecha y con poca señalización, con un piso rugoso y numerosos parches. Una vez que abandonamos esa localidad, la carretera se ensancha y el asfalto mejora, aunque sigue conservando cierta rugosidad. La señalización va a aumentar, sobre todo la horizontal. Esta situación se va a mantener hasta coronar el puerto de Peñas Blancas. Desde ahí y hasta alcanzar el mirador de Los Reales, la ruta vuelve a estrecharse mucho y apenas hay señalización. El último tramo ha sido reparado recientemente. |
Fuentes: Hemos localizado tres, situadas en los Km 5, 13 y 15 aproximadamente. También podremos aprovisionarnos de agua en la Venta San Juan, justo al comienzo de la ascensión, en Jubrique y en la zona recreativa de Los Reales. |
Descripción: La enorme masa cónica de Los Reales se encuentra situada en el extremo occidental de la provincia de Málaga, a escasos kilómetros de las refulgentes aguas del Mare Nostrum. Para llegar a su cima tenemos dos posibilidades de acceso que vienen a encontrarse en el puerto de Peñas Blancas, límite meridional de la Serranía de Ronda. Desde ahí, aún tendremos que afrontar siete arduos kilómetros para conseguir nuestro objetivo. Por Estepona, la ascensión es más conocida y, si nos dejamos guiar por los datos altimétricos, también es más dura, aunque todo depende del color del cristal con que se mire. Pero si lo que queremos es recrearnos en el entorno, entonces deberemos comenzar nuestro periplo en el quebrado y poco accesible valle del Genal, espacio natural en el que durante siglos se ha desarrollado una perfecta simbiosis entre los recursos hídricos y forestales y la acción humana, llegando a nuestros días como uno de los mejores conservados de Europa. Cualquier época del año es buena para recorrer este paraje, pero yo recomendaría el otoño, cuando los castaños van adquiriendo las distintas tonalidades marrones, que contrastan con el verde intenso de encinas, alcornoques y quejigos o la primavera, cuando todo el valle se convierte en un variado mosaico de colores sobre un frondoso manto verde. Para afrontar esta ascensión, ante todo deberemos armarnos de mucha paciencia puesto que, con sus casi 30 km de longitud, se convierte en la más larga de la provincia de Málaga. Tampoco deberemos olvidarnos del sentido común, ya que el recorrido es un rompepiernas en el que se combinan tramos de dura subida con pendientes negativas que, en algunos momentos, pueden incitarnos a forzar la marcha más de lo necesario, provocando que nuestra aventura se convierta en un calvario, sobre todo si hemos escogido el verano para realizar la ruta. Una vez que hemos descendido desde Algatocín y, alcanzado el río Genal, la carretera comienza a ascender rápidamente, superando una serie de curvas de herradura que han dejado atrás algunos tramos del 10 y 11%. Hacia el Km 1,5 la pendiente se estabiliza en torno al 6-7% permitiéndonos alcanzar Jubrique con cierta comodidad. Superada esta localidad, durante unos 2 km vamos a disfrutar de un tramo de recuperación que nos va a permitir apreciar impresionantes vistas del Valle del Genal. Tras una curva de herradura, la pendiente se empina bruscamente dando paso a otros dos duros kilómetros, en los que deberemos superar muros de hasta el 12%. También veremos cómo el pinar de repoblación sustituye al bosque mediterráneo, disminuyendo de forma paulatina las sombras que hasta ese momento jalonaban el recorrido. Dejado atrás un desvío que nos conduce a Igualeja y Pujerra por un camino de tierra, la carretera cambia de orientación. Si hasta ese momento habíamos seguido el sentido oeste-este, ahora deberemos seguir hacia el sur, recorriendo unos 12 km en los que superaremos varios collados con sus respectivos descensos, y es que prácticamente estaremos circulando a media ladera hasta alcanzar la divisoria de aguas un poco antes de llegar al puerto de las Peñas Blancas, paso natural de los pueblos de la Serranía hacia la Costa del Sol. Ya solo nos restan unos pocos pero intensos kilómetros (los más duros de la ascensión) para alcanzar nuestro destino a través de un estrecho y enrevesado camino cubierto de pinos entre los que se asoma majestuosamente algún ejemplar de pinsapo, conífera endémica de esta zona.(texto actualizado de Cristóbal Bernal)
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Mapa situación: |
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