Localización: En la N-240, entre Pamplona y Huesca, a su paso por la localidad de Monreal, deberemos tomar a mano derecha hacia las antenas que coronan el monte, solitario y majestuoso, que domina todos los alrededores. |
Especificaciones: Carretera estrecha, sin señalización y perfecto asfalto hasta el Km 9, a partir de ahí el estado del firme es lamentable, totalmente impracticable para una bici de carretera, salvo algún tramo muy concreto. Las sombras prácticamente no existen y el tráfico, salvo para el servicio de las dos antenas, tampoco. |
Fuentes: Ninguna, por lo que conviene recordarlo en Monreal, poco antes del puente de inicio sobre el río Elorz. |
Descripción: Todo viajero que haya transitado por la N-120 habrá sido atraído por la imponente mole montañosa de La Higa, sobre el bonito pueblo de Monreal. La Higa de Monreal (o Elomendi en euskera) es la montaña más alta que culmina por el noreste la Sierra de Alaiz y su imponente silueta puede verse desde muchos kilómetros a la redonda. La contemplación del trazado de la carretera de acceso a las antenas de la cima habrá también sobrecogido a todos los aficionados a la bicicleta, como es nuestro caso. Por ello, sus sucesivas y encadenadas curvas de herradura que rompen auténticamente la falda de la montaña, nos habrán hecho soñar con la posibilidad de escalar algún día hasta el reino de los cielos, que parece hallarse allá, en su cima. ¿Seremos capaces de lograrlo? Y como cada uno se conoce mejor que nadie a sí mismo, podremos comprobar en los datos altimétricos aquí expuestos si la hazaña estará o no a nuestro alcance. Desde el puente sobre el río Elorz y dando vista al interesante puente medieval sobre el mismo curso fluvial, damos comienzo a nuestra aventura con tres kilómetros perfectamente superables por cualquier cicloturista de nivel medio. Habremos empezado ya la cuenta atrás de las 17 curvas de herradura, cual si de un sucedáneo del mítico Alpe d'Huez se tratara. Van a ser en total 8 kms. que se nos van a hacer interminables, especialmente en días en los que el calor apriete, en los que deberemos superar rampas de hasta un 17% y que rara vez bajan del 12%. La ascensión finalizará, justo después de pasar junto a la ermita de Santa Bárbara, al llegar a las antenas que coronan la cima, desde la que podremos contemplar un grandioso paisaje. Esa pequeña ermita —que alberga a la patrona de la villa de Monreal— es la única que queda en pie de las ocho que llegó a tener la localidad. Anteriormente estuvo ubicada en la cima del monte, pero en 1977 debido a la instalación de los repetidores, tuvo que ser trasladada unos metros más abajo. Hay que reconocer que las antenas que en los últimos años están inundando el territorio nacional nos dan a los aficionados a la escalada la posibilidad de afrontar retos constantes, a pesar del impacto ecológico que todas ellas suponen. Pero tampoco es cuestión de que dejemos la vida en el empeño de coronar la cima de todas y cada una, porque parece que los ingenieros que diseñan sus trazados tienen alguna satisfacción especial en complicarnos la vida. Ahora bien, si superamos el reto, el panorama que en casi todas esas cumbres se divisa bien habrá merecido el sofocón que nos han costado. Lo mismo sucede en el caso que nos ocupa, en el final de la Sierra de Alaitz. Y luego, baja (con muchísimo cuidado) y cuéntalo.
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Mapa situación: |
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