Localización: En la CL-117 entre la localidades pinariegas de Covaleda y Duruelo de la Sierra, y a la entrada de este último pueblo, tomamos a mano derecha una pista forestal siguiendo el indicador. |
Especificaciones: Pista forestal asfaltada en condiciones regulares con algún tramo muy bacheado, aunque fácilmente sorteable. El tráfico es escaso y la subida se realiza en su totalidad bajo el pinar. |
Fuentes: Hay dos, de abundante agua todo el año, a mitad de la ascensión a la derecha, y otra en el paraje de Castroviejo. |
Descripción: A caballo entre las castellanas provincias de Burgos y Soria se encuentra la Comarca de Pinares, marco incomparable de una masa forestal de las mayores de Europa y que recoge las primeras aguas del Duero niño, que cantaban Machado y Gerardo Diego. No se trata de un espacio solo físico, sino que sus tradiciones, costumbres, artesanía y fiestas definen un espacio humano de enorme atractivo. La maravilla en piedra que aquí os presentamos no es el paraje más visitado de Soria (la Laguna Negra y el Cañón de Río Lobos tienen la culpa), pero la verdad es que no se les queda a la zaga en la belleza y singularidad del paisaje. Para acceder a él solo deberemos esforzarnos, tampoco mucho, en esta subida de casi 7 km que se inicia con una larguísima recta en dirección a lo más frondoso del pinar. Más adelante nos veremos sorprendidos por unos “palillos gigantes”, cual mondadientes de algún cíclope por aquí escondido. No está de más recordar que, hace siglos, los mástiles de los buques de la Armada española solían extraerse de estos pinares.
Un ligero descenso señala la mitad de la subida y pronto alcanzaremos el 9% durante un breve instante. Luego atravesaremos las aguas recién nacidas del Duero en una preciosa vaguada izquierda seguida en poco tiempo por otra similar. Finalmente quedarán a nuestra derecha dos pistas forestales, sin asfaltar, que se dirigen la primera a los Prados de Miguel y, al coronar, la que nos llevaría al nacimiento del Duero y al mismísimo Pico Urbión. Poco menos de 1 km de agradable pedaleo y nos presentamos en el parking de Castroviejo, encontrando allí uno de los más maravillosos paisajes en piedra que imaginarse puedan. Entre bosques de pino albar y negro, la caprichosa naturaleza ha perfilado las rocas dando lugar a increíbles bloques pétreos que, sin dejar volar mucho la imaginación, nos permiten imaginar formas increíbles y fantásticas con cierto parecido, a distinta escala, a la Ciudad Encantada de Cuenca. No podemos estar en Castroviejo sin adentrarnos con nuestras monturas a recorrer entre constantes sorpresas este entorno mágico: apenas serán 200 m de paseo hasta el espléndido mirador desde donde podremos admirar los pueblos pinariegos y la sierra del Resomo como telón de fondo. Recientemente se ha asfaltado el descenso hasta Duruelo continuando por esta misma carretera y muy cerca podremos encontrar el sendero hacia la Cueva Serena, otro paraje paradisíaco al que solo podremos acceder a pie. |
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