Localización: Nos encontramos en la comarca de Huéscar, la más septentrional de la provincia granadina. Y, dentro de ella, nos situamos en el Norte, Tomamos la A-4301 en dirección a Santiago de la Espada y en el río Raigadas, poco antes del cruce hacia La Puebla de Don Fadrique y del Cortijo de La Losa, comenzamos el puerto.
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Comentario: La provincia de Granada confluye por el Norte con las de Almería, Murcia, Albacete y Jaén. Precisamente su comarca más septentrional, la de Huéscar, viene a lindar con estas dos últimas provincias en las Sierras de Segura, por un lado, y en la de las Cabras, por otro, en un terreno siempre escarpado y de altas elevaciones.
Así, la carretera que partiendo de Huéscar comunica con Santiago de la Espada por el puerto de la Losa, alcanza la nada desdeñable cifra de 1.766 m. de altitud, superando ampliamente los 2.000 m. algunas de las cimas cercanas.
Este dato proporciona una clara idea del magnífico entorno que nos vamos a encontrar si nos disponemos a tentar las rampas de este puerto desconocido para el aficionado medio, claro ejemplo, por otra parte, de que en la provincia de Granada también es posible practicar ciclismo de altura fuera de Sierra Nevada.
El principio, muy suave, remonta el curso del río Raigadas camino del cortijo de la Losa. Precisamente en este cortijo, que da nombre al puerto, nos vamos a encontrar con una de las curiosidades de la comarca, las “mariantonias”. Se trata de unas secuoyas que el Duque de Wellington regalase al Marqués de Corvera a mediados del S. XIX. El curioso nombre con que son conocidas podría deberse, al parecer, a la deformación del apelativo “wellingtonias”, que harían referencia a quien las trajera de California allá por 1839.
La magnitud de esta especie hace que destaquen entre la arboleda que se encuentra junto a la carretera, de modo que sin bajarnos de la bici podremos contemplar los dos pequeños bosquetes existentes, no sin cierto asombro.
Pasado el desvío que conduce al mencionado cortijo harán acto de presencia las primeras rampas medianamente serias del puerto, si bien, no será hasta rebasar el cruce que conduce hasta La Puebla de Don Fadrique por los Collados de la Sagra cuando el puerto goce de plena continuidad.
Precisamente la Sierra de la Sagra será protagonista del ascenso con su mole rocosa que roza los 2.400 m. de altitud. Nos resultará imposible retirar la mirada de unas tranquilas y, a menudo, nevadas cumbres.
La carretera, en perfecto estado en su inicio, nos invita a pedalear con destreza en estas primeras estribaciones, aunque la pendiente pronto va a oponerse a nuestras ganas de alcanzar la cumbre, y es que los 7 km. finales del puerto se sitúan siempre próximos al 7%.
Un par de herraduras aisladas dan paso a una zona no exenta de curveo, pero, sin embargo, el tramo verdaderamente espectacular del puerto es el que se inicia cuando apenas quedan unos 4 km. hasta la cima. En ese punto se inicia una sucesión de hasta nueve herraduras que van remontando la ladera de la montaña y ofreciendo unas cada vez más impresionantes panorámicas del entorno del puerto.
La arboleda irá desapareciendo a medida en que se suceden las curvas y, más arriba, el piso torna rugoso a unos 2,5 km. de la cima, además de estrecharse notoriamente.
La altitud que vamos alcanzando nos permite recrearnos en las sierras de en derredor, aparte de la Sagra, están las de Almorchón y la Sierra Seca, antesalas de la Sierra de Cazorla y de la de Castril respectivamente. Entre todas conforman un precioso entorno de alta montaña.
Coronamos el puerto poco después de la última herradura sin que haya ningún cartel que lo indique, tan sólo el paso entre taludes de roca blanca en la más absoluta soledad y severidad de estos parajes.
Fotos:
Puente sobre el río Raigadas, comienza puerto:
Largas y suaves rectas iniciales:
Las famosas “mariantonias” del cortijo de La Losa:
Nos aproximamos al cruce de La Puebla de Don Fadrique:
Primeras herraduras:
Tupida vegetación en las partes media y baja del puerto:
Una nueva herradura con pendiente superior al 10%:
En primer término la carretera del puerto de la Losa, al fondo la de los Collados de la Sagra con el pico homónimo cubierto por las nubes:
La carretera se vuelve botosa y más estrecha:
La vegetación va desapareciendo a medida en que ganamos altitud:
Disfrutamos el tramo final, que cuenta con nueve curvas de herradura.
La nieve en las montañas cercanas es signo inequívoco de que nos hallamos a una altitud considerable:
El trazado de la carretera es sencillamente espectacular:
Lástima que las nubes no nos impidan apreciar el paisaje en profundidad:
Y es que las curvas finales son auténticos balcones:
Aquí en panorámica:
La ausencia de rampas de entidad nos permite disfrutar al máximo del ascenso a este puerto de impresión:
Se va intuyendo el collado:
Recta final con la Sagra al fondo:
El puerto se corona entre taludes:
En la vertiente norte aún queda algo de nieve:
Agradecemos a F. J. García la cesión de fotografías.
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