Comentario: Nuestro camino empieza a ganar metros de altura nada más pasar el Polideportivo de Cortijos Nuevos, junto al cual encontraremos una explanada enorme acondicionada para el aterrizaje de los numerosos practicantes del parapente que curiosamente empiezan su vuelo donde nosotros vamos a terminar nuestra ascensión. Lugar de despegue y de destino, que podremos adivinar desde la primera pedalada ya que casi nunca perderemos de vista nuestra meta. Por una carretera cómoda, sin apenas tráfico, iremos cogiendo altura muy poco a poco entre grandiosas plantaciones de señoriales y curtidos olivos. Olivos verdes oscuros que resaltan su belleza por el color claro de la tierra caliza en la que habitan. Pronto estaremos cruzando la pequeña población de El Ojuelo, en la que encontraremos la primera fuente, quizás demasiado pronto para detenerse en ella y más teniendo en cuenta que a poco más de un kilometro, en la población de El Robledo, podremos disfrutar de la belleza que atesora la construcción de Canales de agua que dan lugar a un precioso lavadero y a una fresca fuente. Saliendo de El Robledo, dejaremos de admirar la fuerza del olivo para meternos de lleno en un bosque de pino carrasco. La gran resistencia al sol y a la falta de tierra debido a la fuerte pendiente de la ladera, hizo de esta especie la ideal para reforestación realizada en esta sierra. Su cara occidental, espectacular y visible desde la parte central de la cuenca del Segura, nos presenta un monte densamente poblado de vegetación con sus cumbres blanqueadas por piedra caliza. Tiene una curiosa forma de viejo casco, lo cual hace suponer que de dicha semejanza podría venir su nombre, aunque la documentación existente ya nombra a esta bella montaña como "Yermo", al parecer debido a la escasa vegetación que resiste sobre la piedra y los terrenos altamente erosionados. Sin el más mínimo descanso y engullidos por las coníferas, iremos poco a poco acercándonos a nuestro visible destino. A cuatro kilómetros del final nos encontraremos un cruce de caminos que nosotros tomaremos hacia la izquierda, dejando así detrás la carretera que nos llevaría a El Campillo. Poco antes de este cruce el cambio del paisaje es más que evidente…. La altura, las condiciones climatológicas y la falta de tierra debido a la erosión, hacen cada vez más visible la piedra caliza, verdadera protagonista de estos últimos kilómetros. Afrontaremos la parte finalde la ascensión, prácticamente rodando por la cuerda de este magnifico macizo montañoso. Como siempre, las antenas y el refugio cada vez se verán con mejor nitidez, e incluso parecerá que ya estamos muy cerca…. No nos engañemos, aún queda bastante…. Este último kilómetro está por encima del 10 % de media, lo cual hace que el tiempo se ralentice. Mientras, por los cuatro puntos cardinales, podremos disfrutar de unas maravillosas vistas, la altura y la forma de la montaña hacen posible disfrutar del vuelo de los buitres por encima de ellos. En la cima encontraremos bastante infraestructura relacionada con las antenas, con el vuelo de parapente y con el refugio de vigilancia forestal. Si en las últimas herraduras veis una especie de construcción que hace el papel de garaje y dentro observáis un Seat Panda blanco, en el refugio nos encontraremos con Tomás, uno de los dos vigilantes del lugar, que con turnos de 36 horas, tienen siempre vigiladas estas bonitas montañas. Tomás es un tipo simpático, de fácil, educativo y sincero hablar, otro aliciente más a esta maravillosa aventura.
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