Comentario: Aunque hemos medido este puerto desde el corazón de Las Hurdes, desde Pinofranqueado, bien podríamos haberlo hecho desde Castillo, diez kilómetros mas arriba, ya que estos diez primeros kilómetros apenas si notamos que estamos subiendo, ya que la pendiente no va a llegar en ningún momento al tres por ciento. Se puede decir que estos primeros kilómetros son de calentamiento, pero los hemos añadido a la altimetría ya que así se ha recogido en el reto CIMA, donde se ha tomado la vertiente de este puerto desde Pinofranqueado. Si hubiésemos tomado las referencias desde Castillo, tendríamos un puerto de doce kilómetros, con un desnivel de 735 metros, y una pendiente media de 6,2%. Pero como ha sido en Pinofranqueado donde hemos comenzado a medir, basémonos en la subida desde aquí. Nada mas comenzar, vamos a encontrarnos una señora rampa, muy dura, eso si, de doscientos metros, que será lo único con un poquito de dureza que vamos a hallar hasta llegar a Castillo. Durante estos diez primeros kilómetros podremos disfrutar de la carretera y deleitarnos con el fluir del río Esperabán que, a la izquierda de la carretera nos va a acompañar hasta casi Aldehuela. Tras estos primeros kilómetros de "deleite", una vez llegamos a Castillo, la cosa se pone algo mas seria. Entramos en un frondoso pinar y ya la carretera nos pide un esfuerzo mas severo. Es esta la parte en la que el asfalto está en peor estado. Saliendo de este bosque de pinos, nos damos un respiro hasta el cruce de la localidad de Erias, a partir de aquí, y hasta Aldehuela vamos a tener tres kilómetros exigentes, pero nada comparado con lo que nos espera. Una vez que pasamos Aldehuela la carretera mejora de manera considerable, debido al asfaltado realizado hace unos años a la pista forestal que existía con anterioridad y que se habilitó para acceder mejor a los pinares de los que se extraía madera. Y con la mejora del asfalto también aumenta, y de que manera, la dureza de la ascensión. Una rampa al 17% nos da la bienvenida a esta parte del puerto, y como esta vamos a encontrar muchas, muchas. Si estas rampas las combinamos con rectas interminables rozando, o superando en muchas ocasiones los dos dígitos, nos damos cuenta del coloso que tenemos ante nosotros. En la ascensión tuve que emplear en varias ocasiones la táctica Escartín ( si, esa de hacer la subida en zigzag). Después de unas cuantas revueltas y de alguna recta mas de esas interminables, con unas vistas espectaculares hacia el valle y hacia todo lo dejado atrás, de repente, sin previo aviso, se termina la carretera. Hemos coronado. La carretera, convertida ahora en pista solo apta para la btt, continúa hacia tierras salmantinas. Allá la dejamos, para otra ocasión.
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