Comentario: "Generalmente, cuando se habla de subidas ciclistas a Sierra Nevada, siempre nos aparece el Veleta por ser la culminación de todas las posibilidades, el Hotel del Duque por su dureza o el Collado de las Sabinas por su belleza. Sin embargo, para la mayoría de los cicloturistas granadinos su principal contacto con la Sierra es la tradicional subida a Pradollano por la carretera nueva, que sin poderse comparar a las anteriores posibilidades en cuanto a dureza, suele ser el gran puerto en los que todos en algún momento de la temporada probamos nuestras aptitudes escaladoras. Como se puede apreciar en la gráfica y en el coeficiente, la subida es un auténtico Fuera de Categoría, aunque perfectamente asequible para todo el mundo, sobre todo porque la pendiente es muy mantenida, sin apenas rampas que nos inquieten. Para que os podáis hacer una mejor idea de la subida, además del detalle de cada kilómetro se pueden establecer otras subdivisiones a modo de puertos intermedios que nos ayuden a afrontarla. Así, el primer tramo que nos encontramos parte de Pinos Genil y llega al cruce con la carretera nueva. Son 3,5 km con un buen desnivel, por una carretera estrecha pero de buen firme. Como todavía estamos muy frescos, este tramo no suele ofrecer dificultades especiales. Una vez entremos en la carretera nueva, tenemos un segundo tramo de otros 3,5 km hasta el restaurante la Higuera. La carretera ha cambiado completamente, para convertirse en una cuasi autopista, con largas rectas de pendiente mantenida y exigente, rotas justo en medio del tramo por una curva de herradura en el Balcón de Canales. Sin duda, el tramo más pestoso y aburrido de toda la ascensión. Llegando a la Higuera tenemos el primer descanso de la subida, y comienza el tercer tramo de 5 km que nos llevará al Barranco de las Víboras. La carretera se va estrechando y encajonando en un bosque de pinos, con continuas curvas. El firme sigue siendo muy bueno. Los dos primeros kilómetros tienen dos o tres zonas de descanso, para posteriormente estabilizarse la pendiente alrededor del 6% muy mantenido. Es el tramo más bonito y entretenido, donde entre otras cosas nos encontraremos con el cruce de la espectacular y durísima vertiente conocida como el Purche, que viene de Monachil. Llegando al Barranco de las Víboras tenemos el descanso más largo de toda la subida, con incluso unos cientos de metros de bajada que finalizan en la única fuente que encontraremos (excluyendo restaurantes y una gasolinera justo en este tramo). Es un pequeño cuarto tramo de transición de 2 km, que finaliza con una fuerte rampa en el cruce del Dornajo, donde podemos decidir entre subir por el Collado de las Sabinas hacia la izquierda o la ruta nueva, que es la que seguiremos. A partir de este punto comienza el quinto y último tramo de la subida. Son casi 9 km, en los cuales después del primero la pendiente se suaviza bastante. La carretera vuelva a ensancharse y la vista despejarse, intuyéndose ya poco a poco Pradollano y el final de la subida. Cuidado con este tramo que es bastante traidor y engañoso, dado que esos kilómetros al 4% nos pueden hacer sentir una alegría en las piernas y acelerar la marcha, sin darnos cuenta de que llevamos un montón de kilómetros y que estamos llegando a los 2000 m de altitud. Pradollano es perfectamente visible en los últimos kilómetros, contribuyendo a esta euforia que generalmente suele desvanecerse en unos últimos e interminables 2 km a mas del 6%, donde los "perros viejos" de la zona hemos visto más de una vez convertirse en cenizas las gestas de algún Pantani emocionado. La subida la finalizaremos en la rotonda de entrada en la Urbanización (ver foto), desde donde podemos continuar la ascensión hasta la carretera que viene de las Sabinas si nos quedan fuerzas y ganas, o entrar en Pradollano para disfrutar de un merecido descanso en los numerosos bares de la plaza de la urbanización.
Fotos: "
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