Altigrafía y comentarios enviados por:
Miguel Baeza y Martín Cerván

Localización: Comenzamos en el puente sobre el río Genal, en la carretera A-377 que une Gaucín con Manilva. Al llegar a Gaucín, tras un breve callejeo, nos desviamos a la derecha en dirección Ronda hasta que alcanzamos el puerto.

Especificaciones: Carretera rugosa, botosa y algo bacheada en sus primeros 7 km., aunque luego presenta un estado inmejorable. Perfectamente señalizada, su ancho fluctúa entre los 5,5 m. hasta el cruce y los 7 m. a partir del mismo (donde, además, incluimos un arcén estrecho, aunque suficiente para un ciclista).
Las sombras escasean. Tan sólo entre los km. 9 y 10 encontramos arboleda lo suficientemente tupida.
El tráfico es escaso hasta el pueblo, a partir del mismo aumenta considerablemente, pero sin ser molesto ni más peligroso de lo normal.

Fuentes: Existe una fuente en la subida, poco después del cruce, pero está en descenso y puede pasarnos inadvertida. Además, hay otra fuente, pero tendríamos que desviarnos unos metros en el cruce de Benarrabá; y otra, después de coronar, ya en Algatocín.

Comentario: A estas alturas de la fiesta no pretendemos descubrir la carretera que asciende con fuertes pendientes desde el río Genal hasta Gaucín. Pero, sin embargo, queremos proponer un pequeño añadido que nos conduce hasta el puerto del Espino y le confiere, si cabe, un extra de dureza.
Ya desde el río se van sucediendo las rampas que superan los dos dígitos, aunque darán una tregua en el segundo kilómetro, hecho que no impedirá que la pendiente media de los primeros 6 km. se sitúe en el 8%.
Además, la carretera, muy rugosa y botosa, provocará que tengamos que esforzarnos en mayor medida para hacer que la bicicleta avance metros. Para colmo de males, la subida se desarrolla por una zona completamente abierta, sin árboles, así que nada impedirá que el calor nos golpee directamente sobre nuestras cabezas, lo cual, unido a la baja velocidad que desarrollamos, propiciará que una poderosa sensación de agobio y asfixia se apodere de nosotros.
Afortunadamente, cuando vamos a afrontar el séptimo kilómetro de subida, tras una herradura a izquierdas con un precioso mirador sobre el valle, la pendiente suaviza de manera palpable, tregua que se extenderá durante tres kilómetros en los que nos encontraremos incluso con un leve descenso.
Pero antes del descenso pasamos rozando Gaucín, “Balcón de la Serranía de Ronda”, atravesando algunas de sus calles y trazando una nueva herradura en el pueblo.
No nos vamos a entretener, metidos en faena como estamos, en ir a visitar el Castillo del Águila, aunque es aconsejable acercarse para echar un vistazo desde sus ruinas. La panorámica es sobrecogedora, pues el fortín domina con su torre del Homenaje la entrada al valle desde el Sur, apreciándose en los días claros el Peñón de Gibraltar y la costa africana: Muqtavis V cuenta que en el año 914, en la campaña contra Gaucín, los habitantes de la villa contemplaron desde sus murallas la quema de las naves de Umar ben Hafsum en la bahía de Algeciras.
Los restos conservados hoy día datan, según parece, del S. X y son obra de los musulmanes, aunque ya los romanos habían construido una fortificación en el promontorio donde se ubica el actual. La entrada, además, es totalmente gratuita y allí mismo se visita también la ermita del Santo Niño.
Pero seguimos nosotros con nuestra propia batalla y alcanzamos el cruce con la A-369, justo donde está la única gasolinera entre San Pablo de Buceite y Ronda, para girar a la derecha y afrontar ese corto descenso del que hablábamos arriba.
La carretera mejora ostensiblemente y afrontamos con ganas el último trecho duro de ascensión: se trata de un par de km. que rondan el 7% de una manera siempre sostenida. Atravesaremos una de las pocas zonas sombreadas del puerto, algo de agradecer en los meses estivales, y nos deleitaremos con la panorámica sobre el valle y las sierras colindantes.
Un primer altillo nos deja en otro falso llano y, al poco, alcanzamos el cruce de Benarrabá. A partir de aquí, tan sólo nos resta un corto paseo hasta la cima, mero trámite antes de coronar un puerto que, a buen seguro, hará las delicias de los gourmets más exigentes.

Iniciamos la subida en el puente sobre el río Genal:


La pendiente se sitúa por encima del 10% constantemente, como en esta zona donde se suceden dos herraduras:




El estado de la carretera deja mucho que desear, aunque en subida no nos resulte tan molesto como en la bajada:


El pico Reales, en esta ocasión cubierto por la niebla, nos acompaña en todo momento:


Pronto también aparece el Hacho de Gaucín:


Terrible rampa de doble dígito en el km. 5:


Nos aproximamos a una nueva herradura:


Las vistas del bajo Genal son excelentes siempre que la niebla lo permite:


Ya estamos a punto de concluir la parte más dura del ascenso. Echamos un vistazo a las últimas curvas por donde hemos transitado:


Esta herradura, un km. antes de llegar al pueblo de Gaucín, cuenta con un pequeño mirador en que figura el rótulo “Gaucín, balcón de la Serranía”. Y a fe nuestra que es bien cierto:


También contamos ya con una buena visión del pueblo, situado a los pies de su castillo:


No nos olvidamos tampoco de la cercana Sierra Crestellina:


Desde la carretera de Jimena de la Frontera hay una buena panorámica del puerto:


Al llegar al cruce de la A-369 giraremos a la derecha para seguir nuestro rumbo hasta el Espino. Desde el castillo de Gaucín se ve así la carretera:


Después de un par de km. de cierta exigencia, alcanzamos un descansillo y llegamos al cruce de Benarrabá:


Hasta coronar el puerto, las rampas ya no superarán el 5%:


Así que aprovechamos para disfrutar de las magníficas vistas que se presentan a nuestros ojos:




Poco antes de coronar alcanzamos el “Mirador del Guadiaro”:


Desde este mirador contemplamos la Sierra del Pino con Cortes de la Frontera en sus faldas:


Y coronamos. Nótese que la altitud del cartel es errónea.