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Salva Hernández

Localización: Desde El Cabaco tomamos la carretera SA-202. La subida propiamente dicha, comienza en el paraje conocido como Río Gabín, a tres kilómetros de el pueblo de El Cabaco. La carretera que sube hasta La Peña de Francia es la SA-203.

Especificaciones: La carretera ha sido arreglada recientemente, y se encuentra con un ancho aceptable y un firme correcto hasta el Paso Los Lobos. A partir de allí, los últimos cuatro kilómetros, vamos a encontrarnos con el antiguo firme, muy rugoso y deteriorado por heladas y nevadas y bastante mas estrecho. Con todo la carretera tiene señalización horizontal en todo el recorrido.

Fuentes: En el mismo río Gabín podemos llenar nuestros bidones, pero si tenemos un día muy caluroso, o debemos echar mano del agua muy a menudo, vamos a tener varias mas. En el km 4,4, a mano izquierda de la carretera, a unos veinte metros de la misma. La emblemática Fuente Simón Vela, en el km 5,5, en la misma carretera. La Fuente Paterno, un km mas arriba, desviándonos de la carretera unos cincuenta metros, a mano derecha, y, por último, la Fuente Buitrera, casi al llegar a la cima, que teniendo en cuenta que hay que desviarse unos doscientos metros, la dejaremos y aguantaremos hasta arriba, recordándonos al bajar la visita a esta fuente, de bella factura en su realización y fresquísima agua.

Comentario: La Peña de Francia es un punto estratégico en el sur de la provincia de Salamanca, y un lugar de visita obligada a cuantos por estas tierras se acercan. Mas de setecientas mil son las personas que visitan la mole rocosa de La Peña de Francia cada año, unos por motivos religiosos, otros por motivos turísticos y otros por motivos deportivos.
La Peña de Francia es un puerto distinto a cualquier otro que podamos subir, no en vano es la montaña en si, la que vamos a coronar. Otras veces decimos que hemos subido el puerto de tal, o de cual, pero al llegar a la cima, ves, que en muy pocas ocasiones has coronado la montaña. En La Peña de Francia, si.
Su imponente mole rocosa va a acompañarnos en todo el recorrido, siempre vamos a tener la referencia de lo que nos resta por ascender mirando hacia arriba y viendo ese "rompeolas", denominado así por muchos geologos que han estudiado la zona y que concluyen un pasado, muy lejano, eso si, lleno de agua marina por estos parajes.
La primera parte de la subida la vamos a hacer rodeados por un espeso bosque de robles, que irá dejando paso a abundantes pinares que desaparecerán, como casi toda vegetación, un poco mas arriba de El Paso Los Lobos,para dejar paso a piedra, mucha piedra que nos acompañará en los últimos tres kilómetros de ascensión. Una ascensión que sin ser excesivamente dura, si nos obligará a esforzar nuestras piernas durante doce kilómetros, pero que merecerán muy mucho la pena.
Una vez arriba, visita obligada, incluso para los menos religiosos, a la iglesia donde se venera la imagen morena de la Virgen, y un paseo por las dependencias de los frailes dominicos. No hay que dejar pasar tampoco la ocasión de acudir al mirador de Santo Domingo, justo en el reloj de sol donde termina la carretera y disfrutar de las increíbles vistas que nos permite esta inconfundible atalaya.