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Javier Serrano

Localización: Se sitúa esta vertiente del puerto sobre el valle del Tiétar. Partiendo de la CL-501, nos dirigiremos hacia el pueblo de Pedro Bernardo por la AV-922; desde ahí iremos hacia San Esteban del Valle o Serranillos por la misma carretera.

Especificaciones: Carretera en perfectas condiciones hasta el pueblo, con arcén y señalización vertical y horizontal. Una vez rebasado éste, la carretera se estrecha, con asfalto algo rugoso, aunque en perfectas condiciones. Subida carente de sombras y con tráfico escaso hasta el pueblo e inexistente a partir de ahí.

Fuentes: Tenemos varias fuentes. La primera una vez superado el cruce del vertedero. En el pueblo, sin desviarnos del camino, tenemos una al entrar a nuestra izquierda, y otra cuando llegas al parque situado a nuestra izquierda en el centro del pueblo, desde donde además hay un magnífico mirador, que controla el valle. Pasado el pueblo todavía tenemos cuatro fuentes más. Así que en los cálidos meses estivales no hay problemas para llenar nuestros bidones.

Comentario: Puerto habitual en pruebas ciclistas, que no destaca por su dureza, aunque si por su distancia, pues sus más de 18 kms nos harán estar bastante tiempo dando pedales. Se sitúa la falda de la montaña donde está el pueblo con el mismo nombre, desde donde hay unas bonitas vistas sobre el valle del Tiétar y sobre la vecina Sierra de San Vicente (El Piélago).
Podemos dividir la subida en dos fases: la primera nos lleva hasta el pueblo, y podemos decir que es la parte más complicada (salvo alguna rampa al salir de Pedro Bernardo). Esta parte discurre entre olivares y pequeñas huertas. En el pueblo tomamos un respiro y tras abandonar el mismo y superar alguna rampa sin muchas complicaciones, entramos en la zona más suave del puerto.
Esta segunda parte discurre sobre lo que antaño fue una zona de pinares, pero que en el año 1986 fue devastada por un impresionante incendio. La desgracia no se paró ahí, pues si quedaba algo, otro incendio en el año 2.000 se encargó de devorar el resto. Por lo tanto, iremos por una zona con predominio de piornos y ausencia total de sombras, en la que cambiaremos de vertiente y podemos ver lo que llevamos, aunque no lo que nos queda, pues aunque sea suave parece que no se acaba nunca. Una vez coronado el puerto tenemos unas bonitas vistas del valle de las Cinco Villas y de Gredos en general.