Comentario: Seguramente habremos viajado alguna vez por carretera desde el centro de la península hacia las costas valencianas por la A3, o en su caso a la inversa. Lo que nos ha llevado a pasar por los impresionantes viaductos que nos ayudan a superar casi sin darnos cuenta y sin apreciar como se merece la zona, el Embalse de Contreras construido en 1972 en la confluencia de los ríos Cabriel y Guadazaón.
El puente que nos ayuda a superar el río Cabriel y que a su vez es el inicio del puerto, fue construido entre 1845 y 1851 y que para descender por el cañón se tuvo que construir una carretera en zig-zag lo que originó el Puerto de Contreras. En este caso por la vertiente de Valenciana.
Esta carretera no es la vieja Nacional III, si no la antigua y original carretera, de la cual aun se conserva parte del firme original, que a pesar de haber algo de gravilla y estar un poco bacheada, no supone ningún tipo de impedimento para poder disfrutar de la ascensión.
El puerto es de esos que te sumerge en el ciclismo de otras épocas, pero de décadas muy muy lejanas, más bien de principios del siglo XX, lo que casi nos lleva al origen de este deporte. Es una ruta “vintage” total, apartada, tranquila y que te rodea de un aura de misticismo y de imágenes en tu mente de fotos vistas en blanco y negro, con ciclistas con las cubiertas en la espalda, llenos de polvo o barro, con los bidones en el manillar y desarrollos que hoy en día no llevarían ni los mejores profesionales.
Es un puerto de otra época, que te hace sentir sensaciones de cómo tu abuelo lo hubiera subido en sus años mozos.
La ascensión es muy constante y se mueve continuamente entre el 4-5-6%, lo que aparentemente la hace muy llevadera, pero ese firme viejo y antiguo igual que le da un toque mítico, también dificulta un poco más la subida y en ocasiones da la sensación de ser un poco más dura.
Y si ya de por sí el puerto y el entorno es bonito, el trazado no se queda atrás, donde a pesar de tener una “casi” recta de cerca de 3 km en su zona intermedia, tanto en el inicio como en el final, las herraduras le dan el plus que le faltaba.
Por ponerle un pero, es que no dispone de cartel de puerto y la zona final va suavizando poco a poco, por lo que igual no tendremos claro donde finaliza. Eso si, si continuamos comenzaremos una bajada que ya nos indicará que nos lo hemos pasado.
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