Altigrafía y comentarios enviados por:
M.A.Granero

Localización: Nos encontramos en la Comarca de “Los Serranos”, también conocida como “Alto Túria”, situada en la parte Noroeste de la provincia de Valencia, a unos 68 km de la ciudad.

Para llegar a Chelva tenemos que ir principalmente por la CV-35.
El puerto da comienzo en el interior de la misma población, en el cruce que va hacia Ahíllas por la CV-346, justo en el Km 0 de esta.

Especificaciones: Carretera ancha con firme en muy buen estado y señalización horizontal en los primeros kilómetros, para después estrecharse un poco y desaparecer la señalización central, pero manteniendo un asfalto muy bueno.

Fuentes: Tendremos que aprovisionarnos en la población de Chelva.

Comentario: El término de Chelva se encuentra surcado por el río Tuéjar o de Chelva, que pasa al sur del casco urbano, y el Turia, situado más al sur. El primero forma una fértil vega, mientras que el segundo presenta un encajonamiento que hace difícil el cultivo. El resto del término presenta formaciones montañosas bastante abruptas, pertenecientes al Sistema Ibérico y dentro de éste, a los Macizos del Javalambre y Sierra de Utiel. Podemos también destacar las Sierra de Alcotas, la Sierra del Toro y el Pico del Remedio (1.053 m).

El término presenta una importante masa forestal, de Pinus halepensis, que ocupa algo más de 14.000 ha de propiedad en su mayoría pública, patrimonial del Ayuntamiento, y declarada de Utilidad Pública.

Como ya hemos dicho antes, la ascensión da comienzo desde dentro mismo del casco urbano. Punto donde se inicia la CV-346 dirección a Ahíllas (está señalizado y no hay pérdida).

Durante el primer kilómetro casi no habremos abandonado lo que se puede considerar como casco urbano, pues tanto el Instituto, como el Pabellón Deportivo, el Campo de Fútbol, la Plaza de Toros y el Cementerio (tiene “miga” que estos dos últimos sean “vecinos”), no podremos decir que hayamos abandonado totalmente la población. Eso si, este kilómetro y el siguiente son los más llevaderos de todos y nos permitirá ir tonificando las piernas para lo que nos vendrá después.

A medida que nos vamos acercando al km 3, el más duro de todos, podremos ver en la montaña una curva de herradura y el transcurrir de la carretera que ciertamente impone, y que nos vendrá bien para ir mentalizándonos para ello. Una vez salimos de esta herradura tendremos un tramo de casi un kilómetro donde tendremos que dosificarnos bien y sobre todo mentalmente tener paciencia, pues aunque vamos bordeando la montaña y hay algunas curvas, el trazado es bastante rectilíneo, lo que nos permite ver lo que tenemos por delante. Así que para no venirnos muy abajo, es mejor mirar a nuestra derecha y así poder disfrutar del paisaje y lo ascendido.

Una vez finalizado este duro tramo, llegamos a los dos kilómetros más bonitos de la ascensión, donde tendremos 8 curvas de herradura que nos harán muy llevadera la subida, pero a la vez también exigente, con un porcentaje medio superior al 8% y tramos que llegan al 14%, sin ningún descanso.

Justo en el kilómetro cinco y en la última herradura está el cruce que te lleva a la Ermita del Remedio. Pero nuestro objetivo está más arriba, por lo que continuamos dando pedales y disfrutando nuevamente de las bonitas vistas que nos ofrece el trazado y la montaña.

Dos herradura casi enlazadas nos indicarán que ya estamos casi en el km 6’5, donde da comienzo una bajada (muchos confunden este punto con final de puerto) que nos servirá para respirar un poco, pero no nos relajemos mucho, pues tendremos que afrontar el último kilómetro al 7% con algún tramo por encima del 10% y hay que darle de nuevo a los pedales.

No hay cartel que indique el final de la subida, por lo que tras una curva a izquierdas donde veremos una gran recta ya en leve bajada, es donde finaliza la ascensión.

En el kilómetro 6’4 sale una pista forestal de 1’4 km de tierra, que nos llevaría al Pico del Remedio y a las antenas y casetas que ahí se encuentran, donde podremos disfrutar de unas vistas increíbles. Eso si, todo dependerá del cariño que le tengamos a nuestra flaca, así como la locura por querer llegar siempre a lo más alto sea como sea y nos de igual el precio a pagar.

En resumidas cuentas, nos encontramos ante uno de los puertos más bonitos y completos de la provincia de Valencia. En donde vale mucho a pena acercarse para “sufrir” sus rampas, disfrutar de su trazado y gozar de sus vistas.