Comentario: Un recorrido quebrado por carretera pestosa nos aguarda tras pasar por la localidad de Charilla. Repechos varios y un descenso algo más largo y bien empinado nos dejarán en el punto donde hemos iniciado el puerto, emplazamiento difícil de localizar pues no podemos fijar ninguna referencia para ubicarlo. Así que, tras pasar junto a varias casas, la carretera comienza a picar hacia arriba. Inicialmente las rampas, aunque de cierta dureza, resultan llevaderas, pero una vez pasados varios desvíos hacia distintas cortijadas, la pendiente se eleva de forma extraordinaria… Si encontramos rampas al 10% haremos bien en aprovecharlas como descansillos. Y es que, no en vano, afrontaremos 1,8 km. a casi el 14% de pendiente media… Ahí es nada. Intentamos acompasar una respiración que se hace más y más intensa y tragamos aire a bocanadas, aire que inunda también nuestras fosas nasales con fragrantes espliego, tomillo, romero y otros tantos arbustos aromáticos que abundan por estos parajes. La carretera apenas sí abandona la línea recta, lo cual hace su tránsito aún más sufrido, pues no encontramos referencias donde ponernos pequeñas “metas”. Tan sólo un par de curvas de herradura, fugaz alivio, van a romper esta monótona linealidad y, tras sortearlas, la ladera que nos impide el paso nos parece aún más quebrada, aún más hendida a nuestra vista. Algo menos de un kilómetro nos resta aún hasta coronar el Portillo de Alhucema que se convertirán a buen seguro en un eterno calvario para nuestras piernas. Si tenemos ocasión de levantar la mirada y girarnos a nuestra izquierda podremos ver la de metros que hemos ganado en un instante sobre la hoya en la que comenzamos a subir hace poco más de un kilómetro, así como el paisaje típico de la Sierra Sur de Jaén con el omnipresente olivar en la zona baja y media de las laderas y los riscos escarpados de sus cumbres de vegetación más salvaje. Tras infinidad de chepazos y una postrera rampa al 21% atisbamos el final de la cuesta en su parte inicial y más dura. En una curva a derechas coronamos el mencionado Portillo de Alhucema y comenzamos un descenso con fuerte pendiente y, sobre todo, asfalto irregular en cuyas postrimerías nos adentramos en La Hoya. El paraje, de gran belleza, conserva aún el sabor añejo del medio rural y ganadero en el que cada vez se afanan menos personas y mejor dotado, hoy día, para el turismo rural o de interior. La Hoya de Charilla está constituida por varias cortijadas en una hondonada que resulta de las elevaciones de tres cerros: Rompezapatos (1.410 m.), Roque Marroquín (1.580 m.) y, el de mayor altitud y que da nombre a la sierra, La Martina (1.558 m.). De especial interés turístico resulta la festividad de Nuestra Señora de Fátima, celebrada el primer domingo de septiembre, momento en que la afluencia de personas aumenta para disfrutar del entorno y, principalmente, de la gastronomía típica de la zona: el choto al ajillo, las migas de pastor o el pollo a la secretaria. También se celebra en estos andurriales el campeonato nacional de tiro con honda, único de sus características en toda la península. Pues bien, tras pasar por un arroyo afrontaremos un giro a la izquierda continuado por una herradura a derechas de fuerte pendiente. Si pensábamos que ya estaba todo hecho, estábamos muy equivocados. En efecto, ahora se siguen 2,5 km. al 8,1% de pendiente media. Desde luego, comparado con el tramo inicial son poca cosa, pero, no obstante, suponen una dureza lo suficientemente alta como para no despreciarla. Ahora remontamos un pequeño valle por su ladera izquierda con la Martina a nuestra derecha. La carretera apenas sí serpentea buscando un collado que hemos denominado con el merecido nombre de Hoya de Charilla. Pasamos el collado y su corto descenso –con asfalto en mal estado, por cierto- nos deja en la carretera JV-2262, una antigua ruta de pescaderos, hoy preciosa carretera, que nos conduce hacia Valdepeñas y Frailes. En busca de este último pueblo, giraremos a la derecha en el cruce, prácticamente en una vaguada a izquierdas, desde donde nos quedará poco más de un kilómetro ya muy suave para alcanzar los Collados de Frailes, paso montañoso también conocido como puerto de la Martina, que se corona en el cambio de término municipal, en curva a derechas, a 1.323 m. de altitud.
Fotos:
Tras un descenso comenzamos el puerto sin, de momento, grandes sobresaltos:
Aunque muy prontito se nos acaba la felicidad:
No nos queda otra que “arrastrarnos”:
El pico de la Sierra de Ahíllos destaca en un paisaje que apenas sí tendremos tiempo de contemplar:
Llegamos a la doble herradura:
Un vistazo atrás para comprobar cómo se pierde la carretera cuesta abajo:
Las rampas apenas dan tregua:
La montaña se encrespa. Nótese la capa de gravilla con que se ha cubierto la carretera recientemente:
El Portillo de Alhucema no queda lejos:
Aunque aún resta un escollo al 21%:
Suavizan las rampas y empezamos un corto descenso:
El estado del descenso nos hace ser precavidos:
Única “fuente” que hemos localizado en todo el trayecto:
Una empinada herradura a derechas nos devuelve a la realidad:
Hasta el collado de Hoya de Charilla nos quedan 2,5 km. al 8,1%:
Carretera abierta, se divisa el collado:
Tras una rampa al 13% coronamos el segundo alto:
Corto tramo de descenso con herradura a derechas y mal piso:
Aquí el punto de enlace con la carretera de Frailes a Valdepeñas:
Piso en excelentes condiciones. Atrás quedan los Llanos del Ángel:
Un paseo resta hasta la cima:
Última rampa al 9%:
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