Comentario: La Cresta del Gallo pertenece al “Parque Regional El Valle y Carrascoy” que está constituido por una serie de sierras prelitorales situadas en la porción centro oriental de la Región de Murcia. Constituye una frontera natural entre la Huerta de Murcia y el Campo de Cartagena. La parte occidental está formada por la sierra de Carrascoy, cuya cota máxima (1065m) recibe el mismo nombre y su ascensión supone un reto de gran exigencia. La parte oriental del parque está formada por la Cresta del Gallo, que debe su nombre al conjunto de grandes rocas rojizas enclavadas en lo alto de ella que le dan el aspecto de cresta de gallo. La mayor de ellas es llamada popularmente por los murcianos La Panocha (528m). Su cumbre sólo es accesible escalando y supone un referente para los escaladores murcianos. Sin embargo, la cota máxima de la Cresta del Gallo no es esta sino El Relojero, de 609m. Es un espacio protegido como ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves) por la presencia de búho real, águila perdicera o águila real. Desde el punto de vista botánico, destacan su gran biodiversidad y la presencia de plantas como la orejilla de roca o la orquídea gigante. La exhuberancia natural de la cara norte, por la que ascenderemos, contrasta con la aridez del paisaje lunar de la cara sur. La acción humana ha contribuido a este contraste como se lamentaba a principios del siglo XX el escritor Frutos Baeza: «Esto es un dolor ciertamente, porque tales montes fueron en pasados siglos hermosos bosques de pinos, en los cuales, esas nubes densas y blanquecinas que vemos ahora pasar de largo, enredaban sus vellones, oprimían sus fecundantes senos y producían las lluvias sosegadas y bienhechoras. A esta obra destructora contribuyó en muchas ocasiones el mismo ayuntamiento, claro es que de buena fe, autorizando la corta de árboles para fortificaciones, estacadas en el río, edificios públicos, conventos, etcétera»
En la población de Los Garres nos situamos en el cruce de la calle Antonio Díaz con la Mu-302, que es la carretera que atraviesa el pueblo. Iniciamos la altimetría tomando esta calle al 10%. Tras una larga recta en subida saldremos del pueblo por el cementerio y, como si se tratase de un calvario, afrontaremos en el primer kilómetro las pendientes máximas de la ascensión que llegan al 16-17%. En el km 1,2 y con un repechito al 14% llegamos a un cruce que a la izquierda se dirige a San José de la Montaña. Contrariamente a lo que parece indicar este nombre, giraremos a la derecha cambiando la dirección este que llevábamos por la opuesta. Nos quedan ahora las vistas de la capital murciana a mano derecha y el pinar de la montaña, en el cual nos adentramos rápidamente, a mano izquierda. En este cruce, el asfalto rugoso y descarnado se torna impecable, pero será solo una ilusión que apenas durará medio kilómetro. El asfalto se vuelve a hacer rugoso al atravesar una cancela verde que encontraremos abierta (km 1,7). Aquí entramos en la parte más consistente del puerto, que se traduce en cerca de 2km a casi el 9% con cuatro herraduras de entre el 10% y el 15%. Iremos ganando altitud rápidamente, lo que nos dará unas estupendas vistas de la urbe de Murcia en el llano mientras escalamos por un agradable y tupido pinar. En el km 4,42 encontramos un cruce a la derecha que ignoramos y tan sólo 0,26km después otro cruce también a la derecha que también ignoramos. Ambos forman parte de un curioso bucle de dirección única. Podríamos bajar por el primero a la urbanización Teatinos y tomar allí otra carretera para volver por el cruce de arriba. Completaríamos así una bonita vuelta de 3,66km y 148m de desnivel acumulado (coeficiente (0,2km) de 40). Puede suponer un complemento para nuestra ruta. Desde la urbanización Teatinos también podemos acceder al Santuario de la Virgen de la Fuensanta o bajar a Algezares. La Virgen de la Fuensanta es patrona de Murcia desde el siglo XVIII, cuando le arrebató el patronazgo a la Virgen de la Arrixaca. Esta historia empieza en el siglo XVII, cuando una de las frecuentes sequías amenazó con arruinar la huerta. Los murcianos decidieron celebrar rogativas con su patrona la Virgen de la Arrixaca. Las plegarias fueron en vano y el pueblo desesperaba. Entonces, el Cabildo de la Catedral, enfrentándose al Obispo que se oponía, sacó en rogativa a la Virgen de la Fuensanta. Dicen que ese mismo día llovió e incluso nevó. Parece ser que la imagen empezó a conceder el beneficio de la lluvia cada vez que era sacada en romería, lo que le valió el título de patrona en 1731 por aclamación popular. En 1808 durante la Guerra de la Independencia y en un arranque de fervor patriótico la “Morenica” (como llaman a la Virgen de la Fuensanta por su tez oscura) fue proclamada “Generala del Reino” y se le ofrendó un fajín de general que todavía ostenta.
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Fotos:
Por otra parte, hay una leyenda popular bastante peregrina que explica el origen del nombre de Arrixaca, según la cual la imagen fue hallada por un labrador que araba el campo con una yegua o jaca, mientras pronunciaba “arre” para que ésta avanzara; en aquel tiempo vendría a ser como Arri (de arre) y Xaca (de jaca), que se fusionarían como Arrixaca. Volviendo a nuestra altimetría y tras pasar ambos cruces, la carretera se ensancha hasta unos 6m pero el asfalto empeora un poco. Nos quedan sólo 0,86km para llegar al área recreativa de la Cresta del Gallo y sentirnos, como dicen las pintadas que nos animan por el camino, como unos “globeros de élite”. Desde el mirador dominamos la capital murciana bajo nuestros pies y en dirección opuesta observamos la imponente pared de la Panocha (528m), una de las principales cumbres de la Cresta del Gallo y a la que sólo se puede subir escalando. Su nombre se debe a la forma que tiene (en Murcia una panocha es una mazorca de maíz).
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