Comentario: Nos adentramos en la Sierra Morena jiennense para dar a conocer la subida al Santuario de Nuestra Señora de la Cabeza, ubicado en pleno corazón del Parque Natural de la Sierra de Andújar. Partiendo desde ésta localidad, nos vamos a introducir de pleno en la naturaleza por una carretera muy revirada –no en vano la denominan de las 365 curvas- con ligera tendencia ascendente hasta coronar un altillo junto a la finca La Rehala. Habremos dejado atrás varias urbanizaciones o aldeas en una quincena de kilómetros. Un bellísimo descenso nos llevará, entonces, hasta el río Jándula, si bien antes habremos tenido oportunidad de parar en el mirador del Peregrino, desde donde se puede disfrutar de unas magníficas vistas de la sierra y a lo lejos, sobre el Cerro del Cabezo, atisbar el famoso Santuario. Esta zona, como el Parque Natural en general, es buena muestra del paisaje de lomas característico de Sierra Morena y es, precisamente, el lugar donde se ubican las mayores masas forestales de toda la sierra, principalmente dehesas de encina y alcornoque y, además, quejigo en las zonas más húmedas. Entre los riscos más recónditos la menguada población de lince ibérico ha encontrado abrigo al igual que el lobo, especies ambas que parecen condenadas desde hace décadas a la extinción. En las zonas elevadas anidan rapaces de gran tamaño, cuyo vuelo da vistosidad a los cielos del Parque. Así, podemos avistar águilas reales e imperiales o buitres negros, entre otras especies. Tras la obligada parada del mirador, nos dejamos caer hasta el río en constante curveo y empezamos la subida justo al pasar el estrecho puente que atraviesa el Jándula. En un principio la omnipresente dehesa de la Sierra Morena domina el entorno, no siéndonos raro ver ganado paciendo y abrevando en las fincas vecinas a la carretera. Si se presta atención a los abrevaderos, se notará que cuentan con una peculiar forma: se trata de bloques de piedra redondeados compuestos de granito, típicos de esta zona de la sierra, y conocidos con el nombre de “bolos”. Llegamos a las faldas del Cerro del Cabezo, donde su inclinación cuenta con poca pendiente y el fácil pedaleo nos permite ganar metros con celeridad para adentrarnos en una masa boscosa en la que pronto el pinar se impondrá sobre la dehesa. De repente dejamos de ver el Santuario mientras que nos disponemos a rodearlo literalmente: primero por la cara Este del cerro antes de “asaltarlo” por el Norte y trazar un par de herraduras, ya al pie del emplazamiento, por el Sur. Ese giro, unido al constante curveo, nos permitirá gozar de una panorámica de 360º cuando estemos próximos a la cima. Pero para ello aún quedan kilómetros. La pendiente se ha situado entre el 5-6% constante casi sin sobresaltos hasta llegar el primer descansillo serio, con descenso incluido. Aquí se sitúa el área recreativa “El Jabalí”, una de las últimas paradas de los peregrinos que acuden a la romería antes de llegar a la cumbre. Su nombre no es baladí, pues estos animales son otros de los ilustres habitantes del Parque, junto con ciervos, gamos y muflones entre los que se denominan animales de caza mayor. Al dejar atrás la segunda entrada del área recreativa vuelve la cuesta con algunas de las pendientes más fuertes del puerto. La vegetación comienza a despejarse del margen de la carretera permitiéndonos incluso contemplar nuevamente el Santuario sobre el cerro, que ahora se yergue muy próximo a nosotros. La carretera continúa serpenteando y, tras una vaguada a derechas, la pendiente vuelve a atenuarse contando incluso con algún otro tramo de bajada hasta que llegamos al un altillo junto a un sendero a nuestra izquierda. A partir de este punto afrontaremos algo más de un kilómetro prácticamente llano, tomando el giro a la izquierda en el cruce de Puertollano y Mestanza. Aquí la naturaleza cede terreno oprimida por a la mano humana, ya que la famosa romería, la más antigua de España, ha propiciado la proliferación de viviendas, hoteles y restaurantes en la parte alta del cerro. Este hecho ha despojado de cierto encanto a este lugar otrora apartado de la civilización. Después de atravesar entre los edificios de las distintas hermandades, encaramos los últimos centenares de metros camino de la cima, bajo la sede de la ermita, por una coqueta carretera protegida por los característicos malecones blancos. Las vistas en este momento hacia el Sur son inmejorables. Un par de herraduras, la primera a izquierdas más cerrada, la segunda a derechas, algo más abierta, bordeando una escultura en piedra de la Virgen, nos sitúan definitivamente en la cima, junto al Santuario y al hotel que existe adyacente a su edificio, antiguo Parador Nacional. Y aquí se acabó la ruta. El recinto es una reconstrucción moderna de 1945, ya que durante la Guerra Civil fue destruido el antiguo, aunque sigue las directrices que el célebre arquitecto Andrés de Vandelvira trazara en el s. XVI con un estilo tardogótico y de apariencia muy austera y sencilla. Cuenta la leyenda que la virgen se apareció aquí al pastor granadino Juan de Rivas en el s. XIII, por lo que se ubicó en la cima el santuario y la talla de la virgen. Al parecer la imagen original también desapareció durante la contienda, por lo que hoy día se rinde culto a una talla igualmente moderna. Si no queremos entrar en el recinto por no dejar sola nuestra bici, si que es recomendable, desde luego, echar un vistazo hacia los distintos puntos cardinales. Y si tenemos necesidad de informarnos sobre todo lo que estamos observando, no hay más que consultar los distintos paneles que a tal efecto han sido instalados para rematar, así, una ruta ciclista, turística y cultural de lo más completa que se puede hacer por Sierra Morena.
Fotos:
Bajando en busca del río Jándula podemos atisbar el Santuario sobre el Cerro del Cabezo:
Estrecho puente sobre el río Jándula donde tiene inicio la subida:
La aproximación al cerro es suave. Arriba se divisa nuestro objetivo:
La vegetación se va espesando. El pinar predomina en el entorno:
Debemos tener especial cuidado con el tráfico durante los fines de semana:
Un vistazo hacia atrás para ver cómo se pierde la carretera entre la arboleda:
Y es que durante los primeros kilómetros la vegetación será bastante tupida:
Y, cuando se abre, gozamos de magníficas vistas:
Cualquier precaución es poca con animales en peligro de extinción:
Llegamos al descansillo más largo:
A la izquierda está la entrada del área recreativa “El Jabalí”:
A lo lejos queda Sierra Madrona, la máxima altitud de Sierra Morena, en provincia de Ciudad Real:
Dejamos atrás la segunda entrada al área recreativa y retomamos la subida con pend
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