Especificaciones: Todas las carreteras por las que transita la subida se encuentran en buen estado, contando con señalización horizontal y vertical. Tráfico prácticamente inexistente salvo los fines de semana de julio y agosto, pero sin llegar a ser molesto. Las mejores épocas del año para realizar la subida son la primavera y el otoño. En verano puede apretar el calor en las horas centrales del día y en invierno nos podemos encontrar temperaturas muy bajas y hielo en la carretera. No hay cartel que nos indique el final del puerto. Las pendientes mostradas en el gráfico son cada 100 m.
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Fuentes: Hay varias fuentes a lo largo de la subida, aunque es conveniente avituallarse en los pueblos por los que pasaremos. Existen dos fuentes en el inicio de la subida en Puente Vadillos, una junto al rio Guadiela y otra junto al rio Cuervo, en las que podremos llenar nuestros bidones para todo el trayecto. Es famosa el agua de Puente Vadillos pues a escasos 3 kilómetros se embotella el agua mineral “Solán de Cabras”.
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Comentario: Se trata de la “otra” vertiente de Belvalle, seguramente el puerto más duro de la provincia de Cuenca. La vertiente que aquí se describe es más llevadera, aunque en algunos momentos nos hará emplearnos a fondo para superar rampas en las que la pendiente supera el siempre temible 10%. Es una subida muy desigual, que combina rampas duras, con otras más suaves, incluso nos encontraremos llanos y descensos. Pero es una subida larga que siempre nos exprime y nos hará llegar arriba fatigados y preguntándonos si habremos tenido un mal día o es que el puerto es más duro de lo que parece. Iniciaremos nuestra larga ascensión en la localidad de Puente Vadillos, pedanía de la cercana Cañizares. Los primeros siete kilómetros los recorreremos atravesando la imponente Hoz de Beteta. “La Hoz de Beteta constituye uno de los cañones fluviales más espectaculares y bellos de la Serranía de Cuenca. Está recorrido en su totalidad por el río Guadiela, que ha excavado en la roca caliza un profundo y estrecho tajo por el que discurre a lo largo de seis kilómetros entre acantilados verticales de más de 80 metros de altura. Presenta formaciones vegetales de gran interés, por su distribución restringida en la provincia de Cuenca y el número elevado de especies endémicas, raras o amenazadas que presentan. Destacan por su belleza los tilares, avellanares... Presenta también otros elementos geomorfológicos estructurales kársticos típicos de la evolución de vertientes como son desprendimientos, cascadas, travertinos, meandros, surgencias y cavidades. El resultado es un conjunto de gran espectacularidad paisajística (Fuente: Web Turismo de Castilla La Mancha).” Una vez que salimos de la Hoz nos encontraremos un desvío a la izquierda que desecharemos, pero que en otra ocasión podemos cogerlo para llegar a Carrascosa de la Sierra después de una bonita subida. Sin desviarnos continuaremos nuestro camino prácticamente en línea recta hasta llegar a la entrada de Beteta. Esta población serrana nos va a recibir con 600 m en los que la pendiente a duras penas bajará del 9% y en los que tendremos que superar hasta cuatro curvas de herradura. Y por si no tuviéramos bastante, los últimos metros de subida los haremos sobre un incómodo empedrado que ya nos acompañará en toda la travesía por el pueblo. Merece la pena detenerse y admirar este bonito pueblo situado a la falda del castillo de Rochafrida, y recorrer su núcleo urbano que conserva las tradicionales construcciones serranas, y en especial su plaza porticada. Dejamos atrás las calles de Beteta en un ligero descenso y con una bonita vista de la llanura en la que se encuentra el pueblo de El Tobar y sus dos lagunas, la Grande y la Pequeña. Pero lo nuestro no es el llano por lo que desechamos el desvío hacia El Tobar y continuamos por la carreterilla que ya vemos empinarse y que nos conducirá al tramo más duro del puerto. Y es que a partir de aquí tendremos que superar más de un kilómetro en el que el altímetro nos llega a marcar una pendiente del 15%, por lo que tendremos que utilizar todo los “hierros” que llevemos. Superado ese duro kilometro seguiremos subiendo otro más hasta el Collado de Valdelosmonjes, aunque la pendiente disminuye y nos permitirá tomar un poco de aire. Después de un breve descenso llegaremos al cruce con la carretera CM-2201, a la que nos incorporaremos en dirección Masegosa y Tragacete. El hecho de que cambiemos de carretera no significa que cambie nuestra suerte, por lo que seguiremos subiendo aun y venciendo rampas que rondan el temible 10%. Pero como casi siempre en este puerto, un tramo duro de subida va seguido de un descenso que en este caso nos llevará hasta la población de Masegosa que rodearemos sin necesidad de callejear. A partir de aquí la carretera va siempre mirando hacia arriba, aunque con pequeños descansos. Primero transitaremos por una zona libre de vegetación que nos permitirá admirar gran parte de la serranía conquense. Enseguida nos adentramos en el espeso pinar típico de la serranía conquense. No es raro que nos encontremos por estos parajes con ciervos o corzos por lo que el ciclista deberá transitar con todos los sentidos en guardia si quiere admirar a estos bellos animales, siempre que sus cada vez más fatigadas piernas se lo permitan. Nueve kilómetros después de salir de Masegosa llegaremos al cruce con la carretera CM-2106 que se dirige hacia Peralejos de las Truchas y que a nosotros nos llevará al final de nuestra subida poco después, cerca del Collado de Cañada Espinosa. Unas dos horas después de que saliéramos de Puente Vadillos ponemos fin a nuestra marcha tras haber recorrido estos parajes de la Serranía de Cuenca que sin duda se nos quedarán grabados en la memoria. Los más valientes podrán continuar su camino hacia Peralejos y al llegar al puente del Martinete sobre el rio Tajo dar media vuelta y afrontar la otra vertiente de Belvalle, la más dura… pero no la más bella. Mapa de situación:
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