Poco después del inicio, en las últimas casas de Asteasu.
Los primeros kilómetros, por terreno bastante despejado.
Se ve que la pendiente es bastante suave.
Paisaje típico de la zona.
Entorno agradable, con una carretera perfecta.
Una vista hacia atrás.
Iniciando el duro tramo final.
Pendiente dura pero constante.
Aquí se corona. En el centro, el tejado de la Venta de Iturriotz.
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