En la zona norte de La Sénia, saliendo hacia el Embalse de Ulldecona, hallaremos una rotonda donde ya nos indicará la dirección a tomar para llegar a Pallerols.
 Según abandonamos la población de La Sénia, dejaremos a la izquierda el acceso al cementerio, y antes de completar el primer km. llegaremos a una bifurcación bien señalizado a Pallerols. Al principio unas rectas nos van exigiendo cada vez más, con porcentajes entre el 5% y el 8%, si bien un descansillo en forma de bajada nos permitirá aún ir tranquilos y respirando con normalidad.  En el segundo km. al 8,5% se va incrementando poco a poco la dureza, rodeados de una vegetación típica mediterránea. De vez en cuando aparece un paso hormigonado en forma de canalillo que no presentará ningún inconveniente a nuestra ascensión (en el descenso habremos de tener cuidado para no pasarlos a excesiva velocidad).  Ya tenemos a la vista la característica “Z” de este puerto, una trazada que se ve desde muy lejos llegando a La Sénia, si sabes dónde buscarla. Los olivos nos van adornando esta parte de la subida.  Una primera curva de herradura pasado el km. 3 nos pone en nuestro sitio, dejándonos ver en el altímetro porcentajes entre el 10% y el 15%... el asfalto nos ayuda a superarlos pues está en muy buenas condiciones.  Llegando al km. 4 sufrimos el tramo más duro de toda la subida, llegando a ver el 18% durante unos cuantos metros,,, se hace duro pero nos entretenemos en la vista de los tramos que quedan por delante, confiando en que suavizará.  Pasado el km. 4 ya podemos disfrutar de vistas también hacia atrás, contemplando dónde se va quedando La Sénia, y el espectáculo de las curvas que hemos ido superando. En días claros ya se puede ver la raya azul del Mediterráneo.  En el 5º km. la dureza se mantiene constante rondando el 10% de media, aunque podríamos decir que si hemos llegado aquí el reto está a nuestro alcance. Sólo resta mantener la concentración, el ritmo de pedaleo y abstraernos con las vistas y las montañas que nos rodean.  Pasados los 5 km nos relajamos con un corto llaneo donde ahora sí el asfalto nos exige mirar algo más hacia el suelo, para evitar algún que otro agujero en la calzada. Algo de gravilla en la cuneta, pero seguimos con un piso excelente para las bicis de carretera. A la izquierda, mirando bien, veremos el color azul del embalse de Ulldecona rodeado de las montañas de Fredes.  Y con 6 km exactos desde que dejamos la rotonda de La Sénia, llegamos al final del asfalto, donde hallaremos un área para merendar, cubierta y habilitada para hacer fuego sin peligro, con mesas y bancos para pasar un día en familia. No obstante, merece la pena aún con ruedas finas, recorrer los 200 mts de tierra para llegar hasta la sencilla capilla de la Virgen y poder disfrutar del agua fresca de la fuente que mana a sus pies. 
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