Los dos km iniciales son muy suaves, entre bosque y campos de labor.
Pasando por la zona de Son Cotoner.
Aquí ya hemos entrado en el pinar y estamos en la zona dura.
Este paso a través de bosque es la tónica de casi toda la ascensión.
La quinta herradura. Los árboles nos impiden ver la carretera más abajo.
Sexta herradura. Aquí se aprecia la fuerte pendiente.
Tras la curva del fondo, hay un pequeño cambio de rasante y el firme se deteriora...
...tal y como se puede apreciar en esta imagen...
...y aún más en esta otra.
En una zona un poco más despejada, vemos la sierra de Tramuntana a nuestras espaldas.
Llegamos a este cruce, donde hay que ir a la derecha, en unos metros de leve descenso...
...Para tomar de nuvo a la izquierda 50 metros después.
Pasamos por la única zona abierta de la ascensión. Al fondo, la bahía de Palma.
En esta bifurcación, seguimos por la derecha.
El firme, totalmente descarnado, con el asfalto casi desaparecido.
Algunas casas parecen estar abandonadas, inmersas en la vegetación.
Esta parte es durísima, no tanto por la pendiente, sino por el suelo, que es prácticamente una pista de piedras. Además, a la derecha hay un vallado, que debe ser de una casa, con unos doberman que “acongojan” un montón.
El nombre de la casa llama a engaño, porque aún no hemos llegado, aunque la pendiente se suaviza.
Curiosamente, aparece asfalto en bastante buen estado, poco antes de la primera antena.
El camino acaba cien metros más adelante, y aquí ya no hay forma de seguir con bici de carretera.
Sobre las encinas, podemos ver la sierra de Tramuntana...
...y una espléndida vista de Palma y su bahía.
